Muñecos, bicis, consolas, trenes, construcciones, cocinitas... La carta de los Reyes Magos se desborda en casi todos los hogares con niños y, al mismo tiempo, muchos de los padres se desbordan por querer satisfacer todas las demandas o por no saber cuáles de ellos son regalos que realmente desean y cuáles son peticiones que surgen simplemente por la presión consumista. Psicólogos y pedagogos gallegos alertan sobre las consecuencias que puede tener el exceso de regalos en los más pequeños y recuerdan a los padres algo que, aunque parezca básico, a veces se olvida: "Los niños prefieren jugar media hora con la familia antes que tener la última videoconsola".

"Vivimos en una sociedad en la que todos, adultos incluidos, consumimos por consumir, mucho más allá de nuestras necesidades debido a la influencia de la publicidad y a que vivíamos en un estado de bienestar casi irreal", señala una de las vocales de la sección de psicología educativa del Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia Belén Álvarez, quien añade: "Está claro que hoy en día los padres regalan muchas cosas a los niños, incluso más de las que piden, porque tienen cierto sentimiento de culpabilidad al pasar menos tiempo con ellos. Es un error porque cantidad no es igual a calidad".

Que los Reyes traigan una gran cantidad de regalos juega en contra de los niños. "Si logran todo lo que piden o incluso más, esto hace que sean menos pacientes, más impulsivos, que vayan de un juguete a otro sin estar apenas tiempo con ninguno...", indica esta psicóloga gallega, quien asegura que parte del problema está en que los niños de hoy logran todo "con inmediatez". Toleran poco la frustración ya que están acostumbrados a tener todo lo que quieren de forma instantánea. "Les gusta una canción y se la descargan al momento, una película igual. Está claro que cuantos más regalos reciban, menos van a valorar las cosas", añade.

La clave para no desbordar a los pequeños con regalos está en la planificación de las compras. "Lo ideal es que los padres elaboren una lista con los posibles regalos, distribuirlos entre los familiares, no salirse de ahí y ver que se trata de una cantidad razonable", indica la psicóloga Belén Álvarez. "Muchas veces el problema no está en los padres sino que abuelos y tíos, por ejemplo, regalan y todos varias cosas. Es mejor elaborar un listado y repartirse las cosas", resalta. Una fórmula que aconseja utilizar incluso para los adultos. "Muchas veces consumimos de más porque no planificamos las compras. Hay que ver qué cosas realmente necesitamos y de este modo, la lista queda mucho más reducida", indica esta psicóloga y añade: "Además esto permite que, si en Reyes no nos han regalado todo lo que teníamos en la lista, ya la tenemos preparada para las rebajas".

Por su parte, José Manuel Suárez, presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos de Galicia, destaca una ventaja de la crisis económica que sufrimos: "Está consiguiendo que se frene la cultura consumista y el gasto se haga más racional; igual que se da a los niños de comer racionalmente hay que regalarles con sentido", ejemplifica. "Dar en exceso provoca que no tengan medida en pedir después y en el futuro darán por supuesto que todos les tienen que dar lo que ellos desean: el niño pide en función de lo que recibe", apunta.

Suárez asegura que a los padres, especialmente en estas fechas, "les cuesta mucho decir 'no' y olvidan que el 'no' educa mucho más que el 'sí'; los niños aprenden a soportar la frustración y a argumentar sus necesidades", justifica.

Con esta percepción coincide Mª Carmen Lorenzo, psicóloga educativa del Colegio Oficial de Psicólogos. "Los niños no pueden tener todo lo que desean y tienen que aprender desde pequeños a tolerar la frustración". La Navidad es "una época de ilusión y alegría" y una ocasión ideal para la psicóloga para "enseñar a los niños a valorar las cosas y pensar en otros niños que no tienen tantas cosas como ellos".

Al igual que sus colegas, Lorenzo reitera la importancia de que los padres pasen más tiempo con sus hijos. "Una buenísima alternativa a los juguetes es regalar a los niños actividades de ocio en las que puedan disfrutar junto a sus padres como ir al cine o al teatro".

De hecho, en uno de los test de personalidad que realizan en las consultas se pregunta al niño que escoja lo que querría entre un abanico de posibilidades que incluye jugar más, no estudiar, ser más mayor... "un porcentaje altísimo de los niños escoge invariablemente estar más con sus padres", añade la psicóloga gallega Isabel Menéndez.

¿Límites a la hora de pedir?

Muchas de las cartas escritas a los Reyes Magos incluyen listas interminables de peticiones de los más pequeños. Los psicólogos creen que es indiferente poner límite de regalos a pedir a los niños en la carta. "Se les puede dejar que pidan lo que quieran, pero resaltando que no les van a traer todo", indica la psicóloga Belén Álvarez. "O bien regular cuánto piden", señala. "Lo que está claro es que con los niños muy pequeños esto no funciona ya que no entienden por qué. De hecho no piden algo por ellos mismos sino que prácticamente lo que les señalen sus padres les va a gustar", resalta.

Videojuegos, ¿cuándo?

Consolas portátiles desde el parvulario. Las demandas tecnológicas aparecen en las cartas a los Reyes Magos cada vez en niños más pequeños. Los psicólogos y pedagogos admiten que la tecnología forma parte de sus vidas, de la era que les ha tocado vivir pero, la mayoría, aconsejan controlar el tiempo que los pequeños pasan con estos juegos.

La psicóloga y orientadora escolar Mª Carmen Lorenzo, muestra su preocupación ante el hecho de que cada vez "veo más niños que les ponen una televisión en su propio cuarto o un ordenador y esto es un gran error ya que alienta que se aíslen, además de otros problemas de seguridad". Los niños, opina, "no deberían de jugar con consolas hasta que no hayan explorado a fondo el movimiento y aprendido a fijar la atención; como mínimo hablamos de niños de 6 años y siempre acompañados de adultos". La psicóloga admite que los padres "tienen mucha presión con estos aparatos pero no deben de tener prisa; cuanto más alarguen el tiempo sin ellos, más favorecen que los menores busquen otras formas de jugar e imaginar".

Más partidaria de estas máquinas se muestra Belén Álvarez. "Hay muchos videojuegos que son verdaderas herramientas educativas, pero hay que controlar el tiempo que los niños pasan con la consola. Nunca puede ser más de 45 minutos al día, da igual que sea sábado o festivo, y mucho menos que se juegue ese tiempo seguido", resalta. En cuanto a regalar teléfonos móviles tiene claro que depende de las necesidades y la madurez del pequeño. "Si el niño de 7 u 8 años tiene que estar solo al llegar a casa porque sus padres trabajan es normal que sea responsable y desarrolle cierta independencia que le permite tener estos aparatos y puede haber otro con 12 que todavía no está preparado", resalta.

Los psicólogos piden un mayor control en el número de regalos. Ojalá los Reyes Magos les escuchen.