Casi dos años han tenido que esperar en Ourense para que el Vaticano haya puesto nombre a su nuevo obispo. Quien tomará las riendas de la diócesis ourensana -probablemente, según estima él mismo, durante la primera quincena de febrero- es el hasta ahora canónigo secretario de la catedral de Santiago y el director de Estudios del Seminario Menor diocesano, Leonardo Lemos Montanet.

El religioso coruñés (nacido en Barallobre en 1953), que lleva 33 años ordenado sacerdote, ofreció ayer su primera comparecencia pública de la mano del arzobispo de Santiago, Julián Barrio, quien no ocultó que su nombramiento le parece una "hermosa noticia" y "un honor". La designación de Lemos Montanet cubre la vacante dejada por monseñor Luis Quinteiro tras su traslado a la diócesis de Tui-Vigo en 2010. En todo caso, el nuevo prelado descarta que vaya a encontrarse con una situación de desgobierno, ya que, alega, "desde el primer momento" se contó con un obispo administrador y el "apoyo" de la curia.

Fueron precisamente los sacerdotes los primeros destinatarios de sus palabras. Al respecto recordó especialmente aquellos ancianos y enfermos y, en el extremo opuesto, la "necesidad de impulsar una pastoral vocacional" entre los más jóvenes. Aparte de a aquellos que se consagraron a la vida monástica, Lemos Montanet se dirigió a todos los fieles laicos y "de manera especial" a los que viven su "vocación en el matrimonio". Al respecto, les hizo un llamamiento: "Todos juntos debemos proteger y hacer que la familia se convierta en esa realidad fecunda de la sociedad y de la Iglesia".

Además, el recién elegido obispo enfatizó su apuesta por el "compromiso" con los "más necesitados". No en vano escogió para su mandato el lema Omnia in caritate (todo en caridad). "En la situación en la que nos encontramos el ejercicio de la caridad en la Iglesia es prioritario", explica, para añadir que va a "potenciarlo" en estos momentos "difíciles para todos", en "especial para aquellos que perdieron su trabajo, o lo buscan y no lo encuentran".

Aparte de eso, no ofreció muchos más detalles de lo que será su mandato, ya que, argumentó, "cada día tiene su afán".

Lo que sí explicó es que, tras recibir la noticia "oficial" de su nombramiento el pasado día 30, le dieron "casi tres meses de preparación", un tiempo que, no obstante, confía en no tener que agotar. Por ello, estima que su ordenación como obispo se producirá "antes del inicio de la Cuaresma".

Por otra parte, la Iglesia no pierde la "esperanza" de que el Códice Calixtino "aparezca". De este modo lo señaló ayer el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, quien aseguró que la investigación policial "sigue su curso normal en este tipo de procesos" y mostró su confianza en que "todas las actividades" que realizan las fuerzas policiales sirvan para recuperarlo y de ese modo regrese, afirmó, al lugar de "donde no tendría que salir".

Barrio, en todo caso, no ocultó su "preocupación" por la desaparición de la obra, ocurrida hace ya más de cinco meses. Este códice fue substraido de la propia catedral de Santiago sin que, de momento, la policía detuviese a alguien por su implicacióne en el robo de esta obra religiosa.