¿El cerebro humano puede prestar la misma atención a dos estímulos a la vez o realizar simultáneamente diferentes tareas que requieran una cierta exigencia cognitiva? ¿Podemos hablar por teléfono o escribir un SMS mientras revisamos el correo electrónico y navegamos por la Red? ¿Tiene todo esto algo que ver con el manejo de las nuevas tecnologías? Algunos expertos en redes sociales aseguran que sí e incluso hablan ya de una generación multitarea, es decir, una generación que, como los propios dispositivos, está capacitada para desarrollar varias tareas de forma simultánea. ¿Estamos ante una nueva evolución del cerebro? ¿Los niños nacen ya con habilidades tecnológicas sin necesidad de aprenderlas?

La ciencia parece negar este cambio evolutivo y los especialistas sostienen que se trata de nuevas habilidades adquiridas como consecuencia de la capacidad que tiene el ser humano para adaptarse a su entorno, y en este caso, a laera digital.

"Todo esto no tiene nada que ver con la evolución. Debido al entorno tecnológico y cultural, que sí que ha variado en los últimos 50 años, las facilidades para entrar en determinados dispositivos se dan desde una edad muy precoz, lo que hace que culturalmente los niños sean más hábiles porque empiezan antes y responden mejor. Pero esto no tiene nada que ver con el cerebro multitarea ni con la evolución del cerebro, que tiene unos saltos más grandes y requiere cambios sustanciales en genes y mutaciones en comportamientos y estructuras que llevan cientos de miles de años", afirma Javier Cudeiro, catedrático de Fisiología de la Universidade da Coruña (UDC) y director de un grupo de investigación dedicado al estudio del funcionamiento del sistema nervioso.

Aprendizaje

"Los seres humanos fuimos evolucionando para que nuestra forma de ver el mundo dependiera más del aprendizaje que de predisposiciones innatas. Somos los únicos que usamos el lenguaje. ¿El lenguaje tiene base genética? Sí, porque estamos preparados para poder hablar, pero si no estoy en un marco social que me facilite hablar, no lo haré. ¿Y por qué aprendo a hablar un idioma y no otro? Por el marco social. ¿En qué marco nacen hoy los niños? En un marco enormemente tecnificado. No aprenden las nuevas tecnologías por una capacidad innata, pero desde el primer momento están en contacto con una tecnología que nosotros no tuvimos", afirma Juan Carlos Pardo, profesor del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidade de Santiago(USC).

Para los especialistas, el cerebro de un recién nacido del siglo XXI es el mismo que el de uno de la Edad Media y lo que ha variado es el uso que el ser humano hace de sus habilidades en función del entorno social y cultural, y gracias a la plasticidad cerebral. "Hasta hace poco creíamos que una persona no podía atender a dos cosas distintas a la vez. Hay un interesante estudio de Julio Martínez Trujillo, de la Universidad McGill de Canadá y que publica la revista Neuron, que demuestra que se puede dividir en dos el foco de atención. En un entorno lleno de cosas que nos distraen demostró en chimpancés que se puede dividir la atención en dos focos ignorando el resto de las cosas que nos distrae. ¿Esto es evolución? No. Se trata de un mejor uso de nuestras capacidades", asegura el catedrático. "El cerebro es el más plástico de toda la creación natural. No hay ningún otro ser vivo con un cerebro con esta plasticidad. El ser humano tiene una gran diferencia con el resto de los animales superiores, como el chimpancé, y es que ha evolucionado muy rápidamente en 200.000 años", dice Pardo.

Repeticiones

En este sentido, Cudeiro añade: "Cuando usas una determinada parte del cuerpo tiene representación en la corteza cerebral. Si tiendes a repetir el movimiento de un dedo en detrimento de los otros parece ser que la zona de la corteza cerebral que lo controla tiende a expandirse. Pero esto no es evolución, insisto, es un cambio que ocurre muy rápido y que se da también cuando uno pierde una extremidad. Es lo que se llama plasticidad cerebral".

Es más, el cerebro siempre está abierto a nuevos retos. "Nuestro cerebro es lo suficientemente plástico para que podamos ser configurados con las nuevas tecnologías que hacemos. ¿Predisposición? No, pero nuestro cerebro está preparado para lo que inventemos y a la misma vez, lo que inventamos termina realimentando nuestro cerebro", dice Pardo.

Si las nuevas tecnologías tendrán o no impacto sobre el desarrollo biológico del hombre está por determinar, aunque Pardo sostiene que se están mitificando. "Estamos mitificando de forma sobresaliente las tecnologías de la información y de la comunicación, que solo dependen del uso que las demos. Vigotsky, psicólogo ruso, afirmaba que el hombre adquiere conocimientos en el dominio de herramientas culturales. Y las nuevas herramientas culturales, además de materiales (el ordenador) son también simbólicas. ¿Qué funciones puede otorgar? Eso está aún por ver", comenta el profesor de la USC.

Para los expertos, el uso de las nuevas tecnologías tampoco está siendo el más acertado y advierten del riesgo que encierra el bombardeo de información, que apenas deja tiempo para la asimilación y reflexión. "El libro Superficiales, de Nicholas Carr, afirma que las tecnologías de la información nos están haciendo demasiado superficiales. No estamos dando el mejor uso a estas tecnologías. La multiciplicidad de la información no se me proporciona de una forma ordenada. La tengo que ordenar y eso depende de lo que yo tengo en mi cerebro", explica el profesor de psicología evolutiva.