Cada vez hay más, aunque pasen inadvertidos. Son los nuevos pobres, las víctimas más crueles de una crisis que parece no tener fin. Con casi 5,6 millones de parados -sinónimo ya, en demasiados casos, de personas que han agotado o agotarán, en breve, sus prestaciones- tener un puesto de trabajo más o menos estable empieza a ser una utopía, pero la hipoteca, las letras del coche y las facturas siguen estando ahí. Y, además, hay que comer.

"Cuando empezó la crisis, veíamos problemáticas que nos parecían novedosas, como personas que habían agotado la prestación por desempleo y acudían a nosotros porque no podían hacer frente a la hipoteca y estaban al borde del desahucio, o porque necesitan dinero para comprar medicinas o pagar una factura pues, si no, al día siguiente, les cortaban la luz. Hoy, este tipo de situaciones se han vuelto cotidianas", asegura el director de Cáritas Interparroquial de A Coruña, Vicente Iglesias Martelo, quien alerta de los "estragos" que la coyuntura económica está causando en la clase media, y hasta se atreve a hablar de un colectivo de "nuevos pobres". "Ya no estamos ante el transeúnte que va a dormir al refugio o el sin techo. Muchos de quienes ahora demandan nuestra ayuda eran trabajadores -algunos, incluso, con carreras universitarias-, que se quedaron en paro y no solo perdieron sus prestaciones, sino que también agotaron el recurso de los ahorros y la familia", señala.

"Aún comprendiendo que es necesario llevar a cabo recortes -continúa-, vemos que la cuerda se ha tensado demasiado y se está rompiendo por el lado más flojo", advierte el director de Cáritas Interparroquial de A Coruña, y añade: "Muchas personas en activo y que precisan medicación diaria nos comentan que no pueden pagar el porcentaje que les corresponde. Y con la próxima subida del IVA, la situación irá a peor. Los más pobres ya las ven venir", subraya.

Durante el pasado año, Cáritas ofreció ayuda a 80.000 personas en Galicia, casi 18.000 en la ciudad de A Coruña, según los datos de su Memoria anual. La mayoría se concedieron en forma de alimentos en especies y vales para hacer la compra en el supermercado. La entidad también repartió más de 40 comidas diarias a las familias más necesitadas en el comedor del Centro Social Boandanza de la ciudad coruñesa.

Además de satisfacer necesidades básicas a través de las 36 Cáritas Parroquiales y de su programa de Atención Primaria, otro de los aspectos en los que, desde hace años, centra su labor Cáritas Interparroquial de A Coruña es en mejorar las perspectivas laborales de desempleados, mediante cursos de formación -gracias a la colaboración de la Consellería de Traballo e instituciones como la Fundación Barrié- y prestándoles, también, un servicio de asesoramiento gratuito, en su Centro de Formación Violetas. "Este año el tema de los cursos está un poco parado. La convocatoria salió, pero la concesión por parte de la Consellería de Traballo está todavía en el aire", indica Iglesias Martelo, quien destaca la importancia de ese tipo de actividades para favorecer la inserción laboral y "hacer sentirse útiles" a los beneficiarios.

Junto con el desempleo, el "problema general de acceso a la vivienda" es, para el director de Cáritas Interparroquial de A Coruña, el otro gran desencadenante de la dramática situación que atraviesan cientos de familias en Galicia. "Las administraciones deberían poner más medios en programas de alquiler. Con la de pisos que hay vacíos...", se lamenta.