La Consellería de Educación cerrará doce escuelas en el rural el próximo curso, que además arrancará con 75 aulas menos puesto que el departamento de Jesús Vázquez ha decidido suprimir 110 unidades mientras que solo se crean 35 nuevas. La supresión de estos colegios y clases vendrá acompañada de una reorganización de la plantilla que implicará la reducción de docentes. Aunque desde Educación todavía no dan cifras, desde los sindicatos CIG y Comisiones Obreras estiman que desaparecerán entre 150 y 200 profesores.

Según se informa en el Diario Oficial de Galicia (DOG), se suprimen doce centros, si bien el colegio de Negueira de Muñiz (Lugo) ya permanecía cerrado, a efectos prácticos, desde el curso pasado cuando a mitad de año se quedó sin ningún alumno.

Donde más colegios se clausuran es en la provincia de Pontevedra, un total de seis: la Escuela Infantil de Cerdeiras, la de Abalo, la de Cividáns, la da Meán, la de El Nogal y la de Rúa Palencia.

En A Coruña se cierran dos escuelas, la de Educación Infantil de Mesía y la de Herbón. En Lugo son cuatro los centros que clausuran sus puertas, el CEIP de Moncelos, el de Negueira de Muñiz, la Escuela Infantil de Cerdeiras y la de Chantada, mientras que en Ourense desaparece el centro de Larouco.

A partir del curso que comienza en septiembre aquellos niños que asistían a cualquiera de estas escuelas serán trasladados a otros centros de la misma zona. La Consellería de Educación permite agrupar a los alumnos en clases de entre 6 y 18 niños en las escuelas del rural. Aunque aquí hay un matiz, ya que la ratio máxima de estudiantes por aula dependerá, entre otras cosas, de la etapa educativa en la que se encuentren los pequeños. Si todos los escolares pertenecen al mismo período se agruparán hasta un máximo de 18, pero si no están en la misma etapa educativa la ratio máxima estará acotada en 15 alumnos.

Según fija la ley, el máximo de estudiantes por aula es 25, aunque en las escuelas unitarias se acostumbra a reducir este margen, puesto que en una misma clase se agrupan a niños de distintas edades.

En base a los datos presentados desde la Consellería de Educación, los sindicatos hacen sus cálculos y CCOO advierte de la supresión de un centenar de unidades docentes y de una reducción de la plantilla del profesorado que podría rondar la desaparición de 150 puestos para el próximo curso.

Desde CIG-Ensino denuncian la destrucción de 199 puestos de trabajo y de 132 unidades en la enseñanza pública además del cierre de 12 centros. En opinión de la central sindical esto supone "una política de deterioro y privatización de los servicios públicos esenciales". Para el secretario xeral de CIG-Ensino, Anxo Louzao, la Xunta "ataca a la enseñanza pública mientras mantiene los conciertos a los centros privados" y sostiene que "su política es deteriorar y privatizar los servicios públicos esenciales".