Uno de cada cuatro españoles tiene riesgo de padecer alzhéimer, un tipo de demencia bautizada como la enfermedad del olvido. Mientras la comunidad científica internacional busca una cura para esta dolencia, que solo en Galicia padecen más de 50.000 personas, la información y, sobre todo, el diagnóstico precoz son las mejores armas para poder ralentizar su evolución. La trabajadora social de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de A Coruña (Afaco), Elena Pérez Codesido, reivindica el papel de los cuidadores familiares porque, asegura, "la enfermedad les afecta incluso más que a los propios pacientes". "Por eso les animamos a que se dirijan a asociaciones como la nuestra, donde les intentaremos ayudar. Si ellos están bien, los enfermos, también", subraya.

-¿Qué papel juega el diagnóstico precoz en el tratamiento del alzhéimer?

-Es fundamental. A día de hoy, el alzhéimer no se puede prevenir, pero identificar sus síntomas a tiempo resulta básico para ralentizar el deterioro cognitivo, ampliar lo máximo posible las distintas fases de la dolencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familiares, que son nuestros principales objetivos. Cuanto antes llegue el diagnóstico, antes los afectados podrán acceder a terapias de psicoestimulación como las que ofrecemos en Afaco, que han demostrado ser tan importantes como el tratamiento farmacológico para el mantenimiento de las capacidades cognitivas.

-¿Cuáles son los principales síntomas de la enfermedad?

-Pueden variar de unos pacientes a otros pero, en general, la mayoría de los afectados presentan cambios bruscos de carácter; dificultades frecuentes para expresarse, al olvidar ciertas palabras -utilizan a menudo frases como 'pásame ese chisme' o 'acércame esa cosa'-; e incluso pueden llegar a desorientarse en lugares que conocen a la perfección, como su propia casa.

-La detección precoz es siempre fundamental...

-Sí. En ocasiones, los propios afectados tratan de ocultar lo que les está pasando porque asocian la enfermedad al hecho de hacerse mayores y otras veces, las familias no dan importancia a esa sintomatología hasta que se produce un episodio alarmante. Por eso es tan importante acudir a los médicos de Atención Primaria ante las primeras señales de alarma. Ellos serán los encargado de derivar a los pacientes al neurólogo y de ahí, en caso de confirmación, a las unidades de las asociaciones de familiares.

-El alzhéimer es una dolencia especialmente ligada al envejecimiento, pero no es solo cosa de mayores...

-Aunque la mayoría de los enfermos de alzhéimer superan los 80 años, en la asociación tenemos también pacientes que todavía no han cumplido los 50, con demencias frontotemporales que les afectan especialmente al lenguaje y cuya evolución, por desgracia, es mucho más rápida.

-¿Cómo repercute el diagnóstico en las familias?

-El alzhéimer afecta incluso más a los familiares que a los propios pacientes. Ante un diagnóstico de esta dolencia, las familias tienen que reorganizarse por completo para hacerse cargo del enfermo. Y aunque todos colaboren, suele ser una mujer -normalmente la hija o la pareja del afectado- quien asume el grueso de ese compromiso, abandonando, muchas veces, su vida social y profesional para dedicarse, en exclusiva, al cuidado del ser querido. Una dedicación que se prolonga las 24 horas del día y que suele tener efectos sobre su salud, tanto físicos como psicológicos.

-¿Cómo están afectando los recortes en la ley de dependencia a los usuarios de Afaco?

-Más que recibir quejas de cuidadores a los que les hayan recortado la prestación, lo que notamos, hasta ahora, es que el tema está un poco parado. Y también que hay una gran desmotivación por parte de los posibles beneficiarios, que muchas veces desisten de pedir las ayudas por todo el papeleo que hay que hacer y porque creen que no se las van a dar. Nosotros les recomendamos que las soliciten siempre, para que las administraciones sean conscientes de que hay demanda y que, por lo tanto, son necesarias.