Vuelve la figura del aprendiz, pero aún no se sabe ni cómo ni cuándo. El Gobierno central aprobó ayer el decreto que, según el ministro de Educación, José Ignacio Wert, "pone las bases" para implantar el nuevo modelo formativo de la Formación Profesional dual. Inspirado en el sistema alemán, consistirá en combinar la formación en las aulas con el aprendizaje real en las empresas, que deberá ocupar al menos el 33% del conjunto lectivo anual. Los alumnos no cobrarán salario, pero las empresas podrán conceder becas. Esas son las bases que el Ejecutivo central deja ahora en manos de las comunidades autónomas para que las desarrollen. La actual FP se mantiene como está.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que el Gobierno pretende "mejorar la formación y hacerla más profesional" y destacó que, en este sentido, el objetivo es "cambiar las fórmulas que permitan a más jóvenes tener una formación y que esta esté más vinculada a la empresa", así como atender a los trabajadores "sin cualificación".

El Gobierno presentó el nuevo modelo que combina la formación y el aprendizaje como un conjunto que se divide en dos grupos. Por un lado, se desarrolla el contrato para la formación y el aprendizaje, ya incluido en la reforma laboral y pensado fundamentalmente para jóvenes sin formación y sin empleo. Las únicas novedades son la ampliación del periodo de formación en la empresa del 15% al 25%; los alumnos-trabajadores tendrán derecho a paro; se implantará la flexibilidad en la formación teórica, incorporando la teleformación; y los salarios serán proporcionales a las horas en la empresa, con arreglo al convenio colectivo y nunca inferior al salario mínimo interprofesional. Además, se les reconocerá la formación con una titulación que la acredite y tenga validez nacional. Según la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ya se han firmado 37.310 contratos de este tipo y a partir de ahora se impulsará aún más esta figura.

La FP dual es la otra parte del nuevo modelo formativo-laboral. Las comunidades autónomas con competencia en Educación, como es el caso de Galicia, deberán autorizar los proyectos que se presenten, formalizar los convenios entre los centros educativos y las empresas y en los que se especificarán los planes de formación, el número de alumnos, las becas, las jornadas y los horarios en el centro y en la empresa. La duración del ciclo formativo puede llegar a los tres años y los alumnos tendrán que adquirir conocimientos básicos antes de incorporarse a la empresa.

En el centenar largo de programas piloto de FP dual puestos en marcha ya en todas las comunidades (menos Navarra, Ceuta y Melilla), los centros de trabajo han establecido una "compensación" económica "muy razonable" de entre 280 y 500 euros mensuales, según Wert, que están asumiendo íntegramente las empresas hoy por hoy.

El Gobierno pretende con el nuevo modelo, inspirado en el alemán y el suizo, reducir el abandono escolar prematuro, más posibilidades de empleo cualificado y reducir el paro juvenil por un "mejor ajuste" entre oferta educativa y demanda laboral. En otros países, en torno al 65% de los alumnos que estudian FP dual acaban trabajando con contrato fijo donde se han formado. Los sindicatos CCOO y UGT y el Sindicato de Estudiantes creen que esta FP fomentará la creación de mano de obra "barata".

La medida aprobada ayer es bien recibida en Galicia. El profesor José Graña -exsubdirector de Educación- asegura que la finalidad del modelo dual "debería ser la mejor formación, no disminuir el paro, aunque puede que descienda el paro juvenil", si los becados cotizan a la Seguridad Social. Este profesional recuerda que en Ferrol el astillero Navantia ya formaba así a sus propios empleados: "Eran trabajadores que luego las empresas se rifaban". Para el vicepresidente de Asociación de Jóvenes Emprendedores de Galicia, Rubén Hermida, "era necesario". "En los últimos años la parte de la formación ha estado desvinculada de la empresa", reflexiona. "Todas las reformas que supongan frenar ese paro juvenil bestial serán buenas". El empresario recuerda que los institutos de FP en Alemania están pegados físicamente a empresas como Bosh y se meten directamente en el proceso de trabajo. "Es mejor aprender en la empresa que en el aula", reflexiona.

Más reproches a la medida hace el presidente de ANPE Galicia, Julio Díaz, que critica que "están legislando sobre papel". "No sabemos si va a funcionar y hasta qué punto la empresa está dispuesta a colaborar en la formación", dice.