Las fiestas navideñas equivalen a múltiples reuniones familiares o con amigos casi siempre en torno a una mesa. Médicos coruñeses advierten de que los excesos con la comida y la bebida no solo pueden suponer unos kilos de más sino que hay mayor riesgo de sufrir una subida de tensión o trastornos alimenticios. Para evitarlos, desde el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña aconsejan respetar los horarios del resto del año y seguir un control con la ingesta, especialmente, de alcohol y de dulces.

Los especialistas recuerdan que las comidas copiosas propias de la Navidad aportan "calorías y grasas que no necesitamos" y por ello, apuestan por sustituirlos por menús "sabrosos, pero sanos". "Una opción es comer pescado y verdura por la noche porque son más ligeros así como no abusar del pan y evitar comidas con sabores y aromas fuertes. Hay que comer para matar el hambre, no por gula y de forma lenta ya que así se saborean mejor los alimentos y el organismo logra saciarse antes", señalan los especialistas.

Los principales problemas en las comidas navideñas suelen ser los dulces y las bebidas alcohólicas. Para evitar empachos, los médicos abogan por sustituir los típicos dulces como pasteles o turrones por frutas y macedonias acompañadas de yogurt o zumos. "Esto nos ayudará a evitar calorías vacías e innecesaria", sostienen.

En cuanto a las bebidas alcohólicas, la clave está en sustituirlas por variedades sin alcohol o zumos. "Se debe beber mucha agua y líquidos, pero evitar las bebidas azucaradas", indican los expertos, quienes añaden: "Y quienes opten por el alcohol deben beber despacio, de forma responsable alternando las bebidas alcohólicas con las que no tienen graduación". Una serie de consejos para recibir el año nuevo sin excesos en la mesa.