"El Señor me ha llamado a subir al monte (Tabor) para dedicarme aún más a la oración y a la meditación, lo que haré de un modo más adecuado a mi edad y fuerzas. No abandono la Iglesia". Benedicto XVI se despidió así de las casi doscientas mil personas que abarrotaban la plaza de San Pedro para rezar con él el último Ángelus de su pontificado. El Santo Padre logró emocionar a muchos de los asistentes.

Bajo un cielo que amenazaba lluvia, banderas de países de todo el mundo y pancartas con mensajes de apoyo, la emoción y el respeto impregnó la plaza de San Pedro en el Vaticano.

Su renuncia, dijo, "no significa abandonar la Iglesia, es más, si Dios me pide esto es porque yo podré continuar sirviendo con las mismas condiciones y el mismo amor con el que lo he hecho hasta ahora, pero de un modo más adecuado a mi edad y a mis fuerzas".

El Papa, emocionado, fue interrumpido varias veces con aplausos de la multitud durante su alocución a los fieles.

Puntual como de costumbre, a las doce del mediodía, la ventana del apartamento papal se abrió y por ella se asomó Benedicto XVI para bendecir a los asistentes y proceder con el Ángelus, lo que desencadenó una enorme ovación que el propio Pontífice interrumpió con un sencillo "gracias".

Benedicto XVI eligió para este segundo domingo de Cuaresma el pasaje del Evangelio sobre la Transfiguración del Señor del evangelista Lucas, en el que relata cómo Jesús se transfiguró mientras rezaba en una especie de retiro espiritual en el monte Tabor junto a Pedro, Santiago y Juan.

Su último Ángelus estuvo lleno de emoción pero también de energía, de la pasión que aportaban los gritos de los jóvenes que se acercaron a la plaza para despedir a Ratzinger. De todos ellos se despidió en varios idiomas.

Después de su último Ángelus al frente de la Iglesia, publicó lo que algunos afirman que será su último tuit y en el que pudo leerse: "En este momento particular os pido que recéis por mí y por la Iglesia confiando como siempre en la providencia de Dios".

El miércoles, el papa Ratzinger, que cumplirá 86 años en abril, celebrará su última audiencia general, esta vez en la plaza de San Pedro y no en el Aula Pablo VI, para dar cabida a los casi 200.000 peregrinos que se espera asistan. El día 28, Benedicto XVI abandonará el Vaticano a las 17.00 horas en un helicóptero y su renuncia pasará a ser parte de la historia de la Iglesia. Su marcha será retransmitida por televisiones de todo el mundo.