Justin Welby fue entronizado ayer en una ceremonia solemne como nuevo arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia Anglicana, líder religioso de 77 millones de fieles en el mundo. El príncipe Carlos y su esposa Camilla, el primer ministro británico, David Cameron, y representantes de diversas religiones asistieron al acto en la catedral de Canterbury (Inglaterra), en el que por primera vez una mujer, la archidiácona Sheila Watson, fue la encargada de guiar de la mano a un arzobispo hasta el trono diocesano.

Welby, un antiguo empresario del petróleo de 56 años, casado y con cinco hijos, superó la última etapa de su designación como líder anglicano, tras ser elegido como sustituto de Rowan Williams el pasado 9 de noviembre. Entre otros temas sensibles, el nuevo prelado se enfrentará al debate en el seno de la iglesia sobre la ordenación de mujeres como obispos, que fue rechazada en diciembre por el Sínodo anglicano. Proveniente del ala conservadora de la Iglesia Anglicana, Welby se ha mostrado favorable a mantenerse "firme en la idea de que el matrimonio es una unión de por vida de un hombre con una mujer", si bien ayer admitió que "hay relaciones gais que son sorprendentes en cuanto a su calidad".