Can Fabes, uno de los mejores restaurantes de España y del mundo, sobrevivió a la muerte de su fundador y alma mater, el chef Santi Santamaría, pero ha sucumbido a la crisis. El 31 de agosto cerrará sus puertas el que fuese el primero en lograr tres estrellas Michelin para Cataluña.

Tristeza, pena e impotencia son algunas de las palabras que definen el estado de ánimo actual de la familia Santamaría-Serra, que se puso al frente del establecimiento después del fallecimiento del cocinero, en febrero de 2011 en Singapur, por un fallo cardiaco. Así lo aseguró ayer su hija Regina quien asumió la dirección del restaurante de Sant Celoni, mientras que su hermano Pau entró en los fogones.