El Loco de Maspalomas tiene sucesora. Sandra García-Sanjuán, la nieta del hombre que en la década de los 60 se ganó ese mote al apostar contra viento y marea por Canarias como destino turístico, ha explotado al máximo el gen empresarial de su familia y ha creado su propia profesión: bróker de famosos. Su agenda no tiene precio. Carlos Slim, Naomi Campbell, Linda Evangelista, Julio Iglesias, Bill Clinton, Gorbachov, Alejandro Sanz o Sharon Stone son algunos de los amigos de esta tinerfeña de 41 años que desde los 20 se gana la vida viajando por todo el mundo para gestionar la imagen de las celebridades más internacionales. El pasado fin de semana organizó junto a Antonio Banderas la gala benéfica Starlite en Marbella.

-Usted que ha viajado por todo el mundo, ¿me puede decir dónde está el paraíso?

-En Tenerife. Esta isla es mi niñez; el salir del colegio e ir a la playa o al mar de nubes del Teide que me transporta al cielo. Tenerife es ahora el lugar al que voy a disfrutar de mi familia.

-¿Qué hacía usted fuera de su isla con tan solo 15 años?

-Estudiar. Primero en Oxford y después en Madrid. Cuando estaba haciendo Empresariales en la CEU-San Pablo fue cuando comencé a viajar por todo el mundo. Tenía 20 años, pero decía que tenía 26, y preparaba los reportajes socioeconómicos de revistas como Paris Match en países como Rusia, Israel, Tailandia, Filipinas, Bulgaria, Italia, Eslovenia, Bielorrusia o Ucrania. Vivía viajando en primera clase y durmiendo en hoteles de cinco estrellas para vender proyectos empresariales a todo tipo de empresarios y presidentes. Mi padre no entendía nada, se pensaba que estaba en algún tipo de negocio relacionado con la trata de blancas.

-Perdone, pero tampoco entiendo nada. Estudiaba en la CEU y de repente la contrataban para estos viajes.

-Me contrataron por casualidad para hacer esos reportajes. Yo fui a acompañar a una amiga a la entrevista para ese trabajo. Me quedé en una sala esperándola y me puse a hablar con un tipo que resultó ser un jefazo. Siempre he sido muy echada para adelante y nunca he tenido miedo. Debieron pensar que era una kamikaze y me contrataron a mí en vez de a mi amiga.

-¡Menuda suerte!

-Que conste que seguimos siendo muy amigas. Yo siempre me he buscado la vida. De muy joven iba con mi madre a los pases de moda a París y me fascinaban. Mi madre dejó de ir y yo me propuse seguir asistiendo a las pasarelas. Así fui a ver a la directora de una revista rancia pero con mucha gracia que se llamaba La moda de España. Le propuse que me acreditase como periodista y yo a cambio me pagaba los billetes y las estancias en París. Ahorraba meses y meses para tener un billete barato y dormía en casas de amigas. Mi padre me regaló una cámara de fotos muy buena que yo no sabía utilizar y llevaba otra de bolsillo más sencilla. Al final acababa al lado de los grandes fotógrafos de las revistas de moda sacando fotos para La moda de España. Ahí empezó todo lo que he hecho después.

-¿Cómo fue ese comienzo?

-Ahí empecé a conocer a las modelos y a la gente de ese mundo. Cuando acababan los desfiles nos íbamos de copas y nos sacaban fotos. De repente la gente se preguntaba quién era esa chica que aparecía junto a Linda Evangelista, Karen Mulder o Naomi Campbell.

-¿Y fue Naomi Campbell la que la animó a hacer negocio de su capacidad de relación?

-Como contaba anteriormente, preparaba el terreno para los reportajes socioeconómicos de Paris Match y ya conocía a muchos famosos. Cuando me veían en las fotos con ellos me llamaban para ponerse en contacto entre ellos o para pedirme ayuda para localizarles y hacer campañas publicitarias. Un día, Naomi Campbell me dijo que eso era un trabajo y que tenía que cobrar por ello. Entonces pensé: '¡esto es la leche, además de disfrutar me tienen que pagar!' y me hice bróker de famosos. Fue Naomi Campbell la que me animó a ganarme la vida guiando la carrera de los famosos.

-¿Qué es eso de ser bróker de famosos?

-Las celebrities son como la bolsa, son un producto para una marca o una campaña publicitaria y funcionan como las acciones. El famoso tiene hoy un precio que mañana puede ser otro.

-¿Qué es lo que más puede devaluar el valor de un famoso?

-Que no se hable de él.

-¿Vale más si se habla de él aunque lo que se hable no sea bueno?

-Depende, pero los escándalos pueden a veces darse la vuelta y acabar revalorizando al personaje.

-¿Qué pasa si el artista no cree en el producto que anuncia?

-El problema entonces lo tiene la marca que lo contrata. Natalie Portman, por ejemplo, se negó a hacer publicidad de una lencería que le encantaba porque la marca que se lo proponía utilizaba pieles de animales. En la vida hay que tener claro lo que se quiere.

-Y parece que usted siempre ha tenido claro que quería comerse el mundo, ¿lo ha logrado?

-En esta vida no terminas nunca de llegar a la meta. Me lo paso muy bien por el camino y voy comiendo lo que puedo, me relajo y luego vuelvo a tener hambre. Pero no creo que se trate de llegar, sino de seguir.

-Convénzame de que merecía la pena pagar entre 500 y 1.000 euros por asistir a la cena de la Gala Starlite del pasado sábado.

-¿Le parece la solidaridad razón suficiente? Todo lo que recaudamos va a apoyar a las dos fundaciones que patrocinamos: Lágrimas y Favores y Niños en Alegría. Nuestro objetivo es mejorar la calidad de vida de los que peor lo pasan.

-¿Qué pasó para que se rompiera el tándem Banderas y Eva Longoria de las primeras galas?

-Son cosas que pasan, como en los matrimonios que a veces se rompen pero sin mayor importancia. Eva es una persona estupenda y muy generosa. La ruptura fue más por gente que rodea a Eva que por la propia Eva.