La drástica disminución de casos de lepra -enfermedad que afecta a más de 200.000 personas cada año- a finales de la Edad Media se debió a que los humanos se hicieron más fuertes frente a ella y no a una mutación genética de la bacteria, según acaban de descubrir científicos en Suiza.

En la Europa medieval, la lepra era una enfermedad común y en algunas regiones afectaba a una de cada treinta personas, pero a finales del siglo XV disminuyó en la mayor parte del continente por causas que los científicos aún no habían conseguido dilucidar. Aunque la lepra es vista, de manera general, como una enfermedad del pasado, en ciertas zonas del mundo sigue siendo endémica, concretamente en Brasil, Filipinas, la India, Indonesia, Madagascar, Mozambique o Nepal.