Una búsqueda global de genes que influyen en el riesgo de enfermedades del corazón ha descubierto 157 cambios en el ADN humano que alteran los niveles del colesterol y otras grasas en la sangre, lo que podría conducir a nuevos medicamentos. Cada una de las modificaciones apunta a genes y, muchas, a genes previamente no relacionados con las grasas en sangre, también llamadas lípidos.