El Tribunal Correccional de Marsella, en el sureste de Francia, condenó ayer a cuatro años de cárcel a Jean-Claude Mas, fundador de la empresa PIP que inventó y fabricó unos implantes mamarios fraudulentos, que afectaron a más de 5.000 pacientes en Francia y 80.000 en el mundo.

El acusado fue condenado, además, a una multa de 75.000 euros, frente a los 100.000 reclamados por la acusación, y a la prohibición de ejercer una profesión en el terreno sanitario o médico.

Mas deberá, además, indemnizar a las casi 5.000 víctimas que se personaron en el juicio por daños morales y ansiedad, así como perjuicio corporal, con un máximo de 13.000 euros.

Los abogados del fundador de PIP anunciaron que apelarán la condena, por lo que, por el momento, no ingresará en prisión.

Además del creador de las prótesis PIP, el Tribunal condenó a otros cuatro trabajadores de la empresa a penas de entre tres años de cárcel, con dos exentos de cumplimiento, y año y medio de prisión sin cumplimiento. Todos ellos han sido considerados culpables de haber puesto en marcha un proceso para engañar a las autoridades sanitarias francesas y poder fabricar en su planta del sureste francés prótesis con un gel no homologado, derivado de una silicona industrial diez veces más barata que la de sus competidores, lo que les convertía en las más competitivas del mercado.