Un millares para tapar los agujeros financieros del Ayuntamiento de Madrid. Esta es una de las decisiones adoptadas por el Consistorio capitalino del PP, que ha adjudicado mediante subasta la obra Cuadro 3 del artista grancanario por 150.000 euros, 37.116 euros menos del valor de tasación que aparecía en el inventario municipal.

El equipo de Gobierno que lidera Ana Botella trata con estas subastas de obtener liquidez tras la quiebra de la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos (Madridec). La obra de Manolo Millares (Las Palmas de Gran Canaria, 1926-Madrid, 1972) era la más valiosa de las 26 adjudicadas el pasado mes de junio. El lote completo le reportó al Consistorio 322.499 euros, cuando el valor asignado a esas creaciones artísticas colocadas era de más de 680.000 euros.

Todas se vendieron a un precio muy por debajo de su valor inventariado. Arlequín, de Antonio Clavé se adjudicó por 40.000 euros, cuando estaba tasado en 80.386; Sol y Sombra de José Guerrero se colocó por 46.000 euros, 8.041 euros menos de los valorados y una creación de Antoni Tàpies salió al mercado por un precio de salida de tan sólo 36.000 euros.

En la segunda tanda de subastas de obras de arte con la casa Ansorena, el pasado mes de noviembre, el Ayuntamiento ofreció 25 creaciones. Sólo logró adjudicar cuatro y otra vez muy por debajo del valor otorgado por los expertos municipales. La idea de los responsables municipales de Madrid era la de deshacerse de 51 obras de arte para conseguir 484.450 euros con los que paliar la quiebra de Madridec, empresa municipal disuelta el pasado 31 de diciembre debido a su desorbitado endeudamiento. Sin embargo, el valor asignado por el propio Ayuntamiento a este lote artístico superaba el millón de euros. La quiebra de Madridec lleva por lo tanto a malvender parte del patrimonio artístico de la capital.

El Consistorio madrileño reconoce la pérdida patrimonial de estas subastas, pero insinúa que más que haber malvendido la obra de estos genios lo que sucedió es que se mal compró en el momento de su adquisición. Lo que vienen a decir los responsables municipales de arte es que las piezas estaban sobrevaloradas y por lo tanto sobretasadas.

Millares, cofundador del Grupo El Paso en 1957, realizó la tela del Cuadro 3 en 1964, en uno de los periodos más fructíferos del artista abstracto, cuyas piezas están hoy colocadas en los mejores museos del mundo. La controversia sobre el precio de la obra de Millares no es nueva. En 1985, el Gobierno de Canarias adquirió una tela del genial pintor que resultó ser falsa. La revelación la hizo la viuda del artista, Elvireta Escobio, que no daba crédito ante lo obvio de la falsificación del lienzo de su marido.

El millares falso había sido vendido al Ejecutivo canario por una galería de Tenerife. La marchante dijo sentirse también engañada tras haberse embolsado 750.000 pesetas (4.507 euros) por la operación. La tela permaneció colgada hasta que se descubrió el fraude en el Palacio de San Bernardo de la capital grancanaria.

El creador isleño marcó con Canogar, Feito, Serrano, Chirino o Antonio Saura, la hoja de ruta de la pintura española de vanguardia en la posguerra española. Fue en la década de los cincuenta cuando comenzó a crear su serie de cuadros sobre tela de arpillera, con las que consiguió un lenguaje estético que le haría inconfundible.