No se construirá un edificio para albergar las nuevas instalaciones del Centro de Supercomputación de Galicia (Cesga) en Santiago, a pesar de que el inmueble había recibido el visto bueno del Gobierno ya en 2008 e iba a ser puesto en pie gracias, sobre todo, a fondos europeos. Su certificado de defunción oficial aparecía ayer en el Boletín Oficial del Estado y su enterrador tiene nombre: la crisis.

Las partes implicadas, Gobierno, Xunta y Fundación Centro Tecnológico de Supercomputación de Galicia, dan por finiquitado el convenio que en su momento firmaron para construir la nueva sede dado que, como señala la disposición del BOE, "la coyuntura económica" no permite desarrollarla. Al menos no como estaba pensado; es "preciso" redimensionarlo, indica el texto, aunque no da fechas. Sí, en cambio, establece la devolución por parte del centro de cálculo de Galicia de la cuantía adelantada por el Gobierno para prefinanciar el edificio, 19,8 millones -en parte ya abonada-, y los intereses, más de 700.000 euros. No obstante, eso no supondrá un problema para el Cesga. Su director gerente, Javier García, explica que el Gobierno fue "sensible" y que sus intereses fueron bajos.