Mientras prepara con entusiasmo la visita del papa Francisco, el ministro de Turismo jordano y musulmán suní reprocha a la Iglesia católica no explicar mejor la historia de Jesús y el marco real de "la cuna del cristianismo". La última crisis de gobierno en el Reino Hachemita de Jordania aupó hace cinco meses a Nidal Katamine (Al-Tafilah, 1961), íntimo colaborador del rey Abdalá II, al Ministerio de Turismo, cartera que compatibiliza con la de Trabajo que asumió en 2012. Ingeniero de Transportes y presidente del Conferencia Internacional del Trabajo en 2013, Katamine habla sin cortapisas de la conflictiva situación geográfica de su país, impactado por los choques entre israelíes y palestinos, la guerra de Siria y la atmósfera convulsa de Irak. Tampoco se muerde la lengua al confesar que los organismos internacionales no han hecho lo suficiente por abordar el problema del paro juvenil y reconoce que echa en falta una mayor tradición democrática en los países árabes. Katamine garantiza en una entrevista exclusiva con Epipress la seguridad a todos los peregrinos que acompañen al Santo Padre en su peregrinaje a Jordania.

-Señor Katamine, ¿qué significa para un país de mayoría musulmana como el suyo la visita del Papa Francisco?

-El viaje del Papa a este país es lógico porque en Jordania se desarrollan gran parte de los relatos que aparecen en las Sagradas Escrituras. Además, es una invitación de nuestro rey Abdalá II y le recibirán todos los jordanos con mucha alegría. Seguro que el Santo Padre ayudará con su visita a Jordania a mejorar las relaciones entre cristianos y musulmanes.

-¿Ve usted posible el entendimiento entre cristianos y musulmanes?

-Lo que existe es una falta de conocimiento entre religiones que no favorece a nadie y que se nota más en una zona tan conflictiva como es esta parte del mundo. Jordania ha logrado escapar de esos conflictos que afectan a palestinos, israelíes, sirios o iraquíes pero sufre las consecuencias de esas tensiones porque somos una especie de estómago del mundo. En el Reino Hachemita de Jordania residen unos 300.000 cristianos sin problema alguno, a pesar de que la mayoría de la población es musulmana suní. Los reyes Hussein y Abdalá han sido garantes de la coexistencia de musulmanes y cristianos. Jordania está a la vanguardia en los esfuerzos por el diálogo interreligioso. Lo que tenemos que hacer ahora es convencer a los peregrinos cristianos para que vengan a nuestro país.

-¿Cómo los piensa convencer?

-Haciéndoles ver que Jordania es la cuna del cristianismo. Me siento muy frustrado porque la mayoría de los cristianos desconocen que aquí existen lugares santos a los que peregrinar.

-¿De quién es culpa ese desconocimiento?

-La Iglesia católica tendría que explicar mejor la historia de Jesús y la importancia de la cuna del cristianismo para que sus fieles supiesen que en Jordania se desarrollan muchos pasajes de la Biblia. Estoy seguro de que la visita del papa Francisco aumentará el turismo religioso en este país, pero además de la colaboración de la Iglesia católica necesitamos resolver otros problemas para incrementar las visitas de los extranjeros.

-¿Qué otros problemas?

-Necesitamos desarrollarnos en una tierra de paz.

-¿No es Jordania un lugar seguro?

-Jordania es un país de paz que hace siempre lo necesario y más para garantizar al que viene una estancia tranquila. Otra cosa es lo que sucede en los países limítrofes con nuestras fronteras que están enfrascados en conflictos que, por supuesto, repercuten en nuestro país.

-¿De qué forma repercuten esos conflictos?

-Si nos centramos en la crisis siria debemos apuntar que ya son más de 600.000 los sirios que han buscado refugio en nuestro país. A estas personas hay que sumar los refugiados palestinos y los iraquíes. Todos estos asilados suponen un impacto social y económico muy elevado en un país como el nuestro que carece de grandes recursos. No obstante, el pueblo jordano siempre ha sido y seguirá siendo generoso al acoger a los que sufren.

-Señor, Katamie, como ministro de Trabajo, ¿en qué categoría de víctimas metería usted a los jóvenes que no encuentran trabajo?

-El paro juvenil es la lacra del siglo XXI y a pesar de los esfuerzos que hacen las autoridades y organismos internacionales aún no hemos sabido dar una respuesta a este problema.

-¿No han sabido o no han querido?

-No hemos hecho lo suficiente para resolver el drama del paro pero también quiero dejar una cosa clara: los gobiernos deben impulsar políticas de empleo pero son los jóvenes los que tienen que labrarse un futuro que les permita optar al mercado laboral y no esperar de brazos cruzados en casa a que les llegue un empleo. Eso nunca sucede. El problema del paro juvenil, siendo además muy global, afecta con más crudeza a esta zona del planeta donde está Jordania.

-¿Por qué?

-Porque no deja de ser una especie de Tercer Mundo donde la atmósfera política en general complica aún más el problema.

-¿En qué medida afecta ese enrarecimiento de la atmósfera a las aspiraciones democráticas de los árabes?

-La democracia en los países del Tercer Mundo está cogida con alfileres. En Jordania estamos mejor que en otras naciones de nuestro vecindario pero creo que en los países árabes falta una tradición democrática que los haga más modernos y más justos en la distribución de la riqueza. Sólo con una democracia justa en el reparto seremos capaces de empezar a resolver el problema del paro juvenil.