San Juan. Una fiesta de origen pagano con la que se celebra la llegada del solsticio de veranosolsticio de verano. La celebración de San Juan es una especie de homenaje al sol, de cierre de un ciclo e inicio de otro, con el fuego como elemento común y cuyos orígenes son difíciles de precisar. "Esta celebración con motivo del inicio del verano no es exclusiva de Galicia", resalta el antropólogo y escritor gallego Manuel Mandianes. Hay referencias a ella en toda la civilización occidental.

Los expertos sostienen que es difícil concretar los orígenes exactos de la celebración de San Juan porque el culto al fuego forma parte de las creencias más arraigadas en el ser humano. Los druidas celtas encendían fuegos para atraer la fertilidad, los griegos realizaban grandes hogueras para el dios Apolo y los romanos dedicaron el fuego a Minerva, diosa de la sabiduría, la guerra y protectora del pueblo. El fuego forma parte indispensable del culto al sol desde la antigüedad. También había ritos asociados al solsticio de verano en los pueblos celtas e incas, entre otros.

La fiesta de San Juan se celebra esta noche, pero el verdadero solsticio de verano tiene lugar el 21 de junio. "En esta fecha, coinciden el cenit del sol y el inicio de su decadencia y se recuerda el punto de inflexión que supuso el momento en que la luz venció a la oscuridad", mantiene el antropólogo Manuel Mandianes, que acaba de publicar la obra Viaxe sen retorno.

La denominación "San Juan" no supone más que la "cristianización" de una fiesta más antigua, ya existente, explica este antropólogo gallego. El origen primigenio de esta fiesta es pagano y se encuentran referencias y ritos asociados al solsticio de verano en pueblos y civilizaciones anteriores. "La Iglesia, como en otras ocasiones, aprovechó esta fiesta para llenarla de significado", afirma Mandianes. Para ello, se conmemora el nacimiento de San Juan Bautista en esta fecha.

Con el paso del tiempo, el núcleo de estas celebraciones pasó de las aldeas a las ciudades debido a la sangría migratoria que sufrieron los pueblos a lo largo del siglo XX. "Todos estos mitos y tradiciones van cambiando con el tiempo", sostiene el antropólogo.

Con independencia de las particularidades propias de cada zona, Mandianes considera que las hogueras son el denominador común de esta celebración. Tradicionalmente en Galicia, las brasas se hacían para comer. Las sardinas, sin embargo, no siempre fueron un elemento típico de esta festividad. "En el interior pocas veces teníamos la ocasión de comer pescado", recuerda este antropólogo, natural de Ourense. Mandianes reconoce además que esta noche cuenta con numerosos ritos y leyendas propias como bañarse en el mar, saltar las hogueras, quemar escritos para pedir deseos, lavarse con las denominadas hierbas de San Juan o guardar un tizón de madera para asegurar la buena suerte durante el resto año bañarse en el mar saltar las hoguerasquemar escritos lavarse con las hierbas de San Juanguardar un tizón.

Preguntado por la transformación del día de San Juan en festivo, Mandianes cree conveniente que este tipo de fiestas, "de profundo significado social" en la tradición gallega, permitan a la gente disfrutar de la noche sin preocupaciones pero, afirma que "a veces, los políticos que no tienen en cuenta el significado de estas fiestas". Hoy, un año más, miles de gallegos se reunirán entorno a una hoguera para celebrar con sus más allegados la llegada del verano.