La llegada del verano y, con él, las vacaciones escolares, es un momento muy deseado por los niños y. a la vez, temido por la mayoría de los padres. Al finalizar el mes de junio se rompe la rutina a la que padres e hijos, incluso abuelos, están acostumbrados; terminan las clases y las actividades extraescolares y llega el momento de reorganización familiar. Los padres no tienen las mismas vacaciones que sus hijos y no siempre es fácil hacer un calendario acorde para todos.

Psicólogos y pedagogos gallegos ofrecen las claves para que este periodo se gestione adecuadamente y el verano se convierta en una oportunidad para aumentar las posibilidades de aprendizaje, mejorar la comunicación con los niños y disfrutar y compartir momentos que durante el resto del año son imposibles de realizar.

ELos horarios es la primera rutina que cambia en las vacaciones; la mayoría de los chavales no tiene que madrugar tanto como cuando van al colegio y las tardes en el parque o la playa se alargan hasta el anochecer. Sin embargo, los expertos aconsejan que siga habiendo unos horarios, aunque sean más flexibles. "Los horarios tienen que ser más relajados, pero es mejor crearles una serie de rutinas en la hora de acostarse y levantarse, aunque algún día especial se rompa por algo; nosotros recomendamos incluso que diseñen un calendario con ellos", explica el psicólogo José Cardama. También el orientador escolar Paulino Iglesias apuesta por mantener los horarios flexibles, "pero sin caer en locuras como llevarse todas las noches a los niños a tomar algo hasta las tantas".

E¿Deberes sí o no? Los educadores consideran que, dadas las extensas vacaciones que hay en España, es bueno que los niños realicen algún tipo de actividad intelectual para no llegar a clase en blanco, aunque la mayoría sugiere que la primera semana se aparquen totalmente estas labores para romper. Pero, después, aconsejan dedicar un ratito al día a mantener las habilidades que han aprendido durante el curso, pero siempre de una forma lúdica, nada de ejercicios repetitivos, sino más vivenciales. "Nosotros no somos partidarios de los libros de vacaciones, pero sí es bueno, por ejemplo, que lean o les lean un poco cada día y que practiquen los hábitos que fomentan su autonomía como vestirse, comer ellos solos, ayudar en las tareas de la casa... ", apunta Chus Iglesias, directora de una escuela infantil.

ECompartir tiempo con ellos. Aunque los padres que trabajan no pueden estar el largo periodo de vacaciones con sus hijos, los pedagogos aconsejan que traten de adaptar su tiempo para "jugar un rato al día y para hablar más de lo que hacen durante el resto del año", apunta Paulino. Además, el orientador anima a los padres a que no todos los refuerzos sean mercantilistas. "Casi siempre los premios que les damos son regalos de cosas; el verano puede ser un buen momento para ofrecerles otras cosas como ir a ver algo nuevo, leer juntos algo... es decir, darles tiempo y no cosas", añade.

EHacer cosas nuevas y creativas. Los expertos sugieren a los padres que traten de hacer cosas creativas con sus hijos cuando estén en casa. "Una buena opción, por ejemplo, es animarles a hacer una foto al día de lo que ellos quieran y luego escribir algo sobre lo que fotografiaron, a modo de pequeño diario del verano", sugiere Paulino. Chus Iglesias apuesta también por aprovechar "las numerosas opciones que ofrece la ciudad; actividades deportivas, talleres, museos, bibliotecas...".

ETelevisión y nuevas tecnologías. "El control del tiempo lo debe de tener siempre el adulto", apunta Iglesias ante la imagen que se repite en verano de muchos niños horas ante el televisor. "La tele debe estar bastante controlada y es preferible animarles con juegos educativos en las tablet, aunque también sin abusar", añade la directora.