Martín Portos García, coruñés licenciado en Ciencias Políticas por la Universidade de Santiago, es uno de los que está esperando aún una llamada del Ministerio de Educación para recibir su premio. Este joven, ahora investigador en el Instituto Universitario Europeo de Florencia, fue, además, el mejor expediente en términos absolutos del país en 2011.

-¿Tiene noticias del Ministerio de Educación?

-No hemos recibido nada. Solo contamos con la resolución oficial en el BOE. De acuerdo con la convocatoria, no tiene por qué haber entrega oficial, pero puede (y suele) haberla.

-¿Les ingresaron el dinero?

-Yo no tengo el dinero ingresado y los compañeros premiados que conozco, tampoco. Afortunadamente, yo tengo una situación estable, al menos hasta septiembre de 2016, pero seguro que hay compañeros que precisan el dinero del premio con premura. No es una limosna; está ganado con esfuerzo, sacrificio y afán de superación.

-¿El retraso en la resolución y en la entrega puede tener que ver con que varios premiados no saludasen al ministro hace un año?

-Espero y deseo que no. Me preocuparía profundamente, como ciudadano y politólogo. Prefiero pensar que se debe pura y únicamente a los tiempos institucionales y disponibilidades presupuestarias.

-¿Aprueba el gesto de sus compañeros? ¿Qué haría en su caso si acudiese a los premios y tuviese ante usted al ministro Wert?

-Respeto profundamente el gesto de mis compañeros el año precedente. E incluso puedo compartir buena parte de las motivaciones. Ahora bien, yo no lo haría. Bajo mi humilde opinión, el señor Wert nos estaría dando la mano (y haciendo entrega del premio) por el cargo que ostenta y la institución que representa. Y nos guste o no, esta institución representa a muchos ciudadanos, que en el fondo son quienes sufragan nuestro premio. Me gustaría dejar claro eso: el premio no es el del señor Wert, sino de la ciudadanía en general y del sistema educativo en general. Por eso, personalmente, opino que hay otras maneras (y otros foros donde) protestar y canalizar el descontento.

-Ahora está en el extranjero. ¿Qué desearía para el futuro?

-Me gustaría tener la oportunidad de regresar a Galicia algún día, no muy lejano. Me gustaría asentarme en mi tierra, ya llevo cuatro años en el extranjero. Estaría dispuesto a perder (o "dejar de ganar") para hacerlo, si fuese necesario. Pero obviamente ni yo, ni muchos de mis compañeros, más brillantes que yo, desperdigados por el mundo adelante, estaríamos dispuestos a regresar a cualquier precio.