El cáncer de tiroides ha pasado de afectar a 1,56 mujeres y a 0,33 hombres por cada 100.000 habitantes en 1978 a quintuplicarse en 2001 en el caso de las mujeres —hasta las 8,23 afectadas por cada 100.000 habitantes— y a multiplicarse por ocho en el caso de los hombres —2,65 casos—, según un estudio. Aunque se trata de un informe publicado en 2007, constata que este cáncer ha aumentado de forma considerable en los últimos veinte años —su ritmo de crecimiento mundial es de un 5,5% cada año—.

Este cáncer es el quinto ya en incidencia en mujeres, a quienes afecta tres veces más que a los hombres, según explicaron ayer los doctores Ignacio Bernabeu, del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), y Clara Álvarez, del Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (Cimus), copresidentes del comité local del 38 Congreso Europeo de Tiroides, que reunirá a más de 1.200 especialistas de 60 países en Compostela del 6 y al 10 de septiembre. El porqué de la mayor incidencia en mujeres se desconoce, añadieron, aunque estudios científicos apuntan a factores hormonales.

Los especialistas también explicaron que el bocio es la primera manifestación de un paciente que puede acabar teniendo un cáncer de tiroides, de tal forma que entre un 4% y 7% de las personas con bocio van a tener un carcinoma tiroideo. Según estos expertos, el bocio afecta a un 12,8% de la población gallega, con mayor incidencia entre mujeres (11,3%) que entre hombres (6,5%), mientras que en algunas zonas montañosas de Galicia y de interior se detecta un 30% de población con un déficit de yodo —que hay que aportar en la dieta— con especial incidencia entre niños, ancianos y mujeres embarazadas. “Hay que hacer un trabajo inmenso de diagnóstico debido a esta alta prevalencia, no solo para detectar los casos de cáncer de tiroides, sino para no operar a aquellos pacientes que finalmente no lo van a tener, y esto supone un esfuerzo asistencial y económico importante”, reconoció el médico.

Asimismo, recordó que por su alimentación baja en yodo, la comunidad gallega ha sido históricamente proclive a la incidencia de las enfermedades derivadas de las tiroides, entre ellas, el hipotiroidismo —la glándula tiroides produce más hormonas de lo que el cuerpo necesita—, el hipertiroidismo —la tiroides no produce suficientes hormonas— bocio —agrandamiento de la glándula tiroides—, y el cáncer de tiroides. Las hormonas tiroideas son reguladores de múltiples factores como la temperatura corporal, el peso, el estado de ánimo y la frecuencia cardiaca.

El cáncer de tiroides representa el 3,8% del total de nuevos casos de cáncer.

UN CAMINO PARA DAR VOZ A LOS ENFERMOS

El grupo de 35 pacientes de cáncer de tiroides que está realizando el Camino de Santiago dentro de la campaña Voces en el camino organizada por la Asociación Española de Cáncer de Tiroides (Aecat) completó ayer la tercera etapa, que comprendía el tramo Palas de Rei-Arzúa. Los enfermos también tendrán un importante papel en el congreso de Santiago, dentro del Foro de pacientes que se celebrará el sábado sobre la percepción social de la enfermedad y su conocimiento entre la población.