El criterio que utiliza la Xunta para calcular la renta anual per cápita de las familias es más estricto en el caso de los comedores escolares que para solicitar las ayudas a los libros de texto.

Para fijar el precio de los menús escolares que debe pagar cada padre se divide la renta anual del hogar por cada uno de los miembros de la unidad familiar. Y para determinar cuántas personas componen esa unidad familiar se tienen en cuenta solo los hijos menores de 18 años. De esta manera quedan fuera todos los hijos mayores de edad, aunque vivan en casa de los padres y dependa aún económicamente de ellos. Y tampoco computa a la hora de determinar si son familia numerosa.

Sin embargo, en el cálculo de la renta que se realiza para determinar la ayuda que se da para comprar los libros de texto, la Xunta tiene en cuenta todos los hijos menores de 25 años que residan en el hogar familiar.