La buena marcha de su desembarco en México y el "orgullo" con que los mexicanos defienden su folclore hizo que el gallego Roberto Verino trasladase por un día las peleas de gallos, la herencia precolombina, la alegría de las fiestas mexicanas y el color de sus evocadores paisajes a la antigua pasarela Cibeles. "Su cultura, mezclada con la que aportaron los españoles, ha creado una magia que se exhibe en sus mercados, sus fiestas y su manera de vivir", señaló Verino que presentó su colección en la segunda jornada de la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid.

El negro salpicado con apuntes de rosa mexicano, azul turquesa caribeño y un tono arena que recrea los campos de Jalisco, donde se cultiva el ágave para la destilación de tequila, protagonizaron sus diseños. Además, mangas y cuellos rematados con delicadas plumas de vivos colores, vaporosas túnicas estampadas con la explosión floral mexicana y zapatos con reminiscencias de cowboy manufacturados por artesanos de Badajoz y Albacete, sirvieron para resaltar la cultura mexicana.

La segunda jornada de la pasarela madrileña vivió ayer una explosión de ideas con alma comercial y en donde el vestido fue el gran protagonista. Juanjo Oliva apostó por mostrar una sinfonía de vestidos con cortes circulares y rectangulares "con mucho peso de las asimetrías y de la tridimensionalidad". Ana Locking tomó como punto de partida La montaña mágica de Thomas Mann y ahondó con cada puntada en el difícil proceso de encuentro "con uno mismo", en plena vorágine contemporánea.

Ion Fiz apostó por prendas relajadas, frescas y joviales con vestidos muy cortitos envueltos en un halo infantil, blusas de batista suiza con canesú o chaquetas cortas de rayas horizontales. La estética de los safaris africanos junto con uniformes militares vertebraron la nueva colección del modisto Ángel Schlesser mientras que Devota& Lomba se inspira en la arquitectura modernista y Francis Montesinos optó por prendas que evocan al fondo marino.