Mucha alegría e ilusión se respiraba ayer en los 40 autobuses que partieron desde distintos puntos de Galicia con destino a Madrid para asistir a la beatificación del sucesor de San Josemaría Escrivá al frente del Opus Dei, Álvaro del Portillo. Más de 4.500 gallegos de todas las edades se organizaron para no perderse una misa que los organizadores prevén "multitudinaria", con presencia de unas 150.000 personas de 80 países, que comienza a las 12.00 horas en Valdebebas (Madrid) y será oficiada por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato.

Además, se espera la participación de unos 40.000 jóvenes de todo el mundo, de los que 3.500 colaborarán como voluntarios para atender a los participantes en la celebración. Entre ellos se encuentra un grupo de universitarios del Colegio Mayor La Estila, de la Universidade de Santiago, que ya se encontraban ayer en Madrid para ayudar en las labores de organización y pudieron conocer al niño chileno José Ignacio Ureta Wilson, sobre el que Álvaro del Portillo realizó el milagro.

El niño de diez años revivió a los pocos días de nacer tras un paro cardíaco de más de media hora y una hemorragia masiva, una curación reconocida por la Santa Sede como un milagro de Álvaro del Portillo. El pequeño llevará hoy en la misa de beatificación la reliquia del futuro beato. En la Eucaristía concelebrarán más de 150 obispos de todo el mundo y 17 cardenales, entre ellos, el arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela y el prelado del Opus Dei, Javier Echevarría. Entre ellos se encuentran todos los obispos gallegos a excepción del de Lugo, que no ha podido asistir.

Aunque algunos de los gallegos partirán hoy mismo de vuelta a casa, para hacer el viaje más económico, otros muchos se quedarán a la misa de acción de gracias que se celebra mañana. La colecta de ambas celebraciones se destinará a Cáritas parroquiales, a tres proyectos en África y a un fondo de becas para sacerdotes.

La ceremonia comenzará con una procesión de entrada a las 11.50 horas y está previsto que termine a las 14.00 horas. El momento culminante de la celebración será la lectura de la declaración de beatificación por parte del delegado del papa Francisco, el cardenal Amato, y el consiguiente descubrimiento de la imagen del nuevo beato.

Según explican los organizadores, todos los elementos empleados para la ceremonia son "sencillos, sobrios y reutilizables". Así, el altar, el ambón y la sede se han aprovechado de otras ceremonias como la beatificación de los mártires de Tarragona o la JMJ de Madrid 2011. El altar estará adornado con una serigrafía del nuevo beato de 4 por 6 metros, que se descubrirá tras la lectura de la fórmula de beatificación.