El presidente de Estados Unidos (EEUU), Barack Obama, lanzó ayer un mensaje tranquilizador a la población tras la alarma social generada por los dos primeros contagios en el país y aseguró que la nación está "preparada" para evitar un brote en su territorio.

"No hay ningún país mejor preparado para afrontar el reto del ébola que EEUU y, aunque incluso un solo caso aquí en casa es demasiado, el país no se enfrenta a un brote de la enfermedad", quiso dejar claro Obama en el tradicional mensaje semanal de los sábados.

El presidente llamó así a "no caer en la histeria o el pánico" porque el ébola es una enfermedad "muy difícil de contraer" y lo que está viviendo Estados Unidos "no es un brote ni una epidemia". "Somos una nación con más de 300 millones de habitantes. Hasta la fecha, hemos visto tres casos de ébola diagnosticados aquí: el hombre que contrajo la enfermedad en Liberia, vino aquí y tristemente murió, y las dos valientes enfermeras que se infectaron mientras lo trataban", recordó.

Obama defendió la capacidad de respuesta de las autoridades sanitarias y llamó a aprender de los "errores" que permitieron que en el Hospital Presbiteriano de Dallas, en Texas, se contagiaran dos enfermeras cuando atendían al paciente Thomas Eric Duncan. "Compartiremos las lecciones que hemos aprendido para que ningún otro hospital repita los errores que se cometieron en Dallas", dijo.

"Sabemos cómo luchar contra esta enfermedad. Sabemos los protocolos. Y sabemos que si se siguen funcionan. Hasta ahora, se ha trasladado a Estados Unidos a cinco estadounidenses que se infectaron con ébola en África Occidental, y los cinco han recibido un tratamiento seguro, sin infectar al personal sanitario", argumentó.

El presidente de EEUU, que por el momento no se plantea vetar los vuelos con origen en los países afectados por la enfermedad, explicó a la población el por qué de esta postura, que le ha valido las críticas de la oposición republicana.