De las 400 enfermeras matronas que hay en Galicia, unas 115 pertenecen a la Asociación Galega de Matronas (AGAM) que preside Marta Bernárdez. El retraso de la maternidad se percibe en el día a día del colectivo: una de cada tres mujeres embarazadas a las que asisten ya tiene más de 35 años.

Esta profesional relata la realidad desde su óptica: "Aprecio que muchas mujeres que han tenido que recurrir a fecundación in vitro u otras técnicas de reproducción asistida por dificultades para quedarse embarazadas, o que han sufrido algún aborto, se sienten menos capaces. Llegan con más miedos e inseguridades y el temor no es un buen acompañante; hace los partos más difíciles".

"Las mujeres ven como muy valioso ese embarazo; más que por un tema físico, por lo emocional que les pesa muchísimo", explica, pues creen que podría ser su última oportunidad de ser madres. Marta Bernárdez también alude a la carga hormonal que acompaña a los ciclos de fertilidad y que influye psicológicamente en la mujer gestante. Cada vez, explica, este tipo de cuestiones están siendo tenidas en cuenta por las matronas para apoyar a esas madres. "Habría que incidir y trabajar más en eso. Y si con la matrona que estás no hay feeling, debes consultar con otra", dice. "Hay una relación más cercana que con el médico, a la que consultar con más confianza", añade.