La ortorexia no es el único trastorno provocado por llevar al extremo un hábito que, a priori, es bueno para la salud. A quienes convierten el comer sano en una obsesión se suman quienes no dudan en beber hasta siete litros de agua al día, los que pasan de hacer ejercicio para mantenerse en forma a vivir en exclusiva para desarrollar musculatura o quienes se vuelven adictos al bronceado.

EVigorexia. Los médicos recomiendan combinar una dieta equilibrada con ejercicio para evitar problemas cardiovasculares, pero quienes sufren vigorexia se convierten en adictos al ejercicio y su objetivo se centra en aumentar su masa muscular para lo que no dudan en pasarse horas en el gimnasio, vigilar su dieta o incluso tomar sustancias para muscularse. Al igual que en otros trastornos sufren una distorsión de la imagen y nunca se ven lo suficientemente musculados.

EPotomanía. Lo aconsejable para el organismo es tomar al menos dos litros de agua diarios, pero quienes sufren potonomía o polidipsia psicogénica llegan a beber hasta seis o siete, lo que es perjudicial para la salud. Beber en grandes cantidades altera el correcto funcionamiento de los riñones y la composición de la sangre, además de poner en peligro el equilibrio de fluidos y electrolitos dentro del organismo. Los médicos señalan que la potomanía suele ser un síntoma de otras patologías como esquizofrenia, desórdenes hormonales o diabetes.

ETanorexia. Los afectados por este trastorno nunca están conformes con su bronceado y desean tener un tono de piel más oscuro para lo que no dudan en exponerse al sol durante horas, combinarlo con solárium e ignorar los riesgos que conllevan las quemaduras solares.