La artista y fotógrafa Viky García (Santiago, 1980) inaugura el próximo 28 de mayo en la sala Subject de Nueva York una muestra que aúna fotografía y teatro, los dos mundos en los que ella navega. La propia artista y su madre son las protagonistas de Mother's Milk, una serie teñida de blanco y repleta de símbolos que la autora espera que cada espectador haga suyas.

-¿De dónde surge la idea de Mother's Milk

-Mother's Milk es un proyecto que habla de la relación con mi madre y sus complicaciones. Decidí hacer un proyecto que narrara este proceso de maternidad, relación madre hija en un momento de mi vida en el que también yo me planteo si quiero tener hijos.

-Las imágenes tienen un contenido teatral o de performance

-En el años 2008 realicé en Barcelona una formación en teatro experimental en la Escuela Laboratorio de Expresión Corporal Dramática, bajo la dirección de Jessica Walker, que definitivamente ha influido en la estética y contenido de mis imágenes, además de la danza Butoh. El proceso tuvo diferentes etapas. Estuve durante meses recolectando muebles y objetos de la calle, en tiendas de segunda mano y por internet. Los pintaba en el sótano del edificio de mi expareja, con quien vivía, y donde monté un estudio. Ese fue el escenario de cada fotografía. Las sesiones fueron laboriosas y complicadas ya que conté con poca ayuda y yo me encontraba dentro del cuadro, en algunas situaciones sin poder moverme. Trabajé con una body painter que nos pintaba el cuerpo de blanco. Yo preparaba la escenografía, probaba la luz, dejaba encuadrada la cámara en el trípode, me pintaban y después me metía en la foto que disparaba con un control remoto.

-¿Por qué decidió que usted misma y su madre fueran las protagonistas?

-Mi madre y yo somos las protagonistas de la historia simplemente porque lo hace más personal.

-En las escenas que muestra hay humor, surrealismo y muchos posibles significados. ¿Cuál es su objetivo principal?

-No tengo un objetivo concreto en cuanto a la lectura de las fotos por parte de la audiencia. Es cierto que hay muchos símbolos personales, cada imagen es como un jeroglífico de mi mente. Surgen de la amalgama de vivencias, memorias, ambiciones, miedos etc. que viven en mí. Supongo que todos compartimos las mismas emociones sólo que filtradas por las diferentes realidades de cada uno. Así que espero que haya tantas lecturas como ojos las miran.

-¿Desde hace cuánto tiempo está en Nueva York y por qué decidió asentarse allí?

-Hace dos años y medio que llegué a la ciudad. En principio venía a pasar dos semanas por motivos de trabajo. Estuve colaborando con una revista de música rap hasta que supe que el proyecto nunca llegaría a tener éxito. Entonces, el fotógrafo catalán Rómulo Sans me ofreció estancia y conocimientos artísticos a cambio de asistirle en su trabajo. Después conocí a quien es ahora mi expareja e hice la mudanza definitiva desde España, estudié en el International Center of Photography, me separé y aquí sigo.

-¿Hay más oportunidades para la fotografía artística en la ciudad de los rascacielos, se vive el arte de forma muy diferente a como se hace aquí?

-Desde luego Nueva York es uno de los epicentros de artistas de todas las disciplinas; hay más posibilidades aunque también más competencia. Creo que aquí están más abiertos a lo nuevo aunque tampoco es fácil dar con las personas que quieran apostar por ti.

-¿Cómo es la sala en la que presenta su exposición y de qué forma llegó a ella?

-Subject es una galería online que hace exposiciones itinerantes. Es un proyecto que funciona como plataforma para artistas emergentes y está recién empezando. Conocí a María Luisa Mendoza, una de sus fundadoras, el verano pasado, le gustó mi trabajo y decidieron inaugurar su presentación con Mother's Milk.