Su rostro siempre estará asociado al exitoso Impacto TV, pero desde la semana pasada el público puede ver a Carlos García Hirschfeld al frente del programa Seguridad Vital. Está agradecido por el horario visible que les ha dado TVE, ya que en los medios "todo lo que suena a divulgación genera alergia". Este periodista malagueño asegura que es presuntuoso partir de la base de que los programas que uno hace son siempre "atractivos" y que si no funcionan es porque la gente no los ha entendido. "Te entienden perfectamente. Le gusta o no le gusta", sostiene.

-La semana pasada estrenaron en La 1 Seguridad Vital

-Con muchas ganas e ilusión porque, en general, cuesta mucho poner en pie un programa, y hacerlo una segunda vez es más complicado. Agradezco mucho que TVE haya apostado por un espacio de servicio público y de educación vial porque al final se trata de trasladar a la gente los mensajes de instituciones y fabricantes para que la gente tome conciencia de lo peligroso que puede ser ponerse al volante si no se toman unas mínimas precauciones.

-¿Cree que faltan espacios divulgativos en televisión? ¿Los demandan los ciudadanos?

-En general, en los medios, todo lo que suena a divulgación genera una especie de alergia. Parece que lo que van a hacer es un ladrillo, y creo que la divulgación no tiene porque ser aburrida. Es raro encontrar televisiones que apuesten por programas divulgativos, y cuando se producen apuestas de este tipo, es en canales menores o en horarios complicados. Por eso, es de agradecer a TVE que nos haya puesto en un horario visible (los sábados a las 13.00 horas).

-¿Cómo se hace más atractivo un programa divulgativo?

-Partir de la base de que lo que uno está haciendo es atractivo es presuntuoso porque uno intenta hacerlo atractivo pero al final es el espectador el que decide si lo es o no. Si al final la persona que está en casa no le parece bonito, pues no es bonito. En general, los periodistas, y mucho en televisión, tendemos a pensar que la gente no nos ha entendido cuando un programa no funciona, y la gente te entiende perfectamente. Le gusta o no le gusta. Nosotros nos preocupamos de que la media hora que dura el programa sea lo más entretenida posible sabiendo que lo que se cuenta son cosas serias y muy sesudas y no se puede frivolizar. Intentamos que los contenidos que podrían ser duros entren de una manera más amigable.

-¿Cuál es el estado de salud de la televisión en España?

-Está viviendo una cruda realidad posterior a un sueño muy pretencioso que tuvimos hace unos años cuando todos atábamos perros con longanizas. Hubo una explosión tremenda de canales, se suponía que la retirada de publicidad en TVE iba a hacer que todos esos canales recibieran una parte del pastel publicitario. Todos íbamos a ser súper felices, los productores íbamos a vender un montón de programas, los trabajadores iban a tener unos sueldos magníficos y todas las televisiones iban a sobrevivir. Se ha visto que aquello fue una ensoñación que condujo a una pesadilla. Había un montón de grupos de comunicación que habían recibido televisiones y que no sabían qué hacer con ellas porque no tenían dinero para producir contenidos, ni experiencia para producirlos. El resultado es que hay un sinfín de televisiones que están emitiendo una programación realmente mala. Veo una mínima recuperación pero al sector aún le falta una reordenación porque siguen sobrando canales.

-¿En qué ha variado el desempeño del oficio con internet y las redes sociales?

-Las televisiones lo están haciendo bien, se han dado cuenta de que muchísima gente, no solo los más jóvenes, están en otras plataformas. Las cadenas han sido conscientes y tienen herramientas muy potentes para competir ahí, pero lo que todavía no se ha ajustado es cómo el mercado publicitario valora internet.