El ministro de Educación en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, pidió ayer "seriedad" y "sentido común" a la comunidad educativa y a las autonomías para que hagan la prueba de sexto de Primaria, porque servirá para hacer un diagnóstico de la calidad educativa y beneficiará a todos. "Hago una llamada a la seriedad y a que la gente cumpla la ley y haga la prueba porque creo que beneficia a los alumnos y a las familias", insistió tras reunirse con las Asociaciones de Padres y Madres en Palencia.

Méndez de Vigo subrayó que el objetivo de esta evaluación es de diagnóstico, "para ver si la educación del alumno está bien encauzada y si los centros están dando una enseñanza adecuada". Además insistió en que "no va a tener ninguna incidencia en el currículo del alumno" y que "es simplemente una evaluación para saber si las cosas van bien y si no para poner remedio y mejorar en el futuro".

Por eso recordó a las asociaciones que están recomendando a los padres no enviar a sus hijos a clase para hacer el examen y a las comunidades autónomas, que "hay que cumplir la ley aunque no se esté de acuerdo". Les ha pedido también que apliquen "la razón y el sentido común", porque el único interés que tiene esta prueba es mejorar la calidad del sistema educativo y ayudar a los alumnos y a los centros para que tengan un diagnostico de la situación.