Una cuarta parte de las familias gallegas (el 26,8%) con un pariente fallecido y apto para ser donante se negaron en 2016 a que sus órganos se destinasen a ayudar otros pacientes, lo que sitúa a Galicia como la comunidad con mayor tasa de negativas familiares a la donación y diez puntos por encima de la estatal (15,6%). Tras los gallegos, los canarios y los madrileños son los más reacios a donar los órganos con una tasas de negativas del 25,7 y el 21,2%. En el lado contrario, Navarra y Murcia, dónde sólo un 4,8% y un 8,4% se niegan, respectivamente.

La elevada tasa de negativas familiares hace que Galicia se sitúe a la cola en número de donantes por millón de habitantes. Con una tasa de 39,1 donantes por millón es la tercera comunidad con menor dato, sólo por encima de la Comunidad Valenciana (38,6) y Madrid (35).