Principios de la década de los 70. En Chile, las tropas de Pinochet derrocan al socialista Salvador Allende y en España, una bomba de la banda terrorista ETA sesga la vida del presidente del Gobierno, Carrero Blanco. El corazón de grandes genios de las artes como Picasso, Pablo Neruda, Tolkien o John Ford ha dejado de latir y en las carteleras del star system hollywoodiense triunfan títulos como El golpe, El padrino o Cabaret. Mientras el mundo gira, en el hombro derecho de la península Ibérica, un pequeño grupo de médicos, dotados de pocos recursos pero provistos de grandes dosis de entusiasmo, comienzan a dar forma a un gran proyecto: la puesta en marcha del primer centro autonómico de referencia para el tratamiento de enfermos de cáncer, el Centro Oncológico Regional (COR).

Todo surgió entre 1969 y 1970. Por aquel entonces, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) gestionaba centros oncológicos en ciudades como Valencia, Zaragoza, San Sebastián o Barcelona, que funcionaban bastante bien. En el área de A Coruña, sin embargo, la asistencia oncológica estaba muy desmembrada. Los pacientes que precisaban someterse a radioterapia no tenían a dónde acudir, ya que la única unidad de cobalto de Galicia estaba en Santiago y funcionaba en régimen privado. El director de la junta provincial de la AECC, José Antonio Quiroga y Piñeiro, decidió entonces que los coruñeses también debían contar con un centro de referencia para el tratamiento de esos enfermos.

Dicho y hecho. A principios de 1973, abrió sus puertas en A Coruña el Centro Oncológico Regional. El Ayuntamiento coruñés cedió el ala sur del antiguo Hospital Municipal Labaca y el resto lo pusieron un equipo de cinco o seis médicos jóvenes, entre los que figuraba el fallecido Camilo Veiras Candal. El empeño de estos profesionales y su encomiable labor empezó a obtener, poco a poco, su recompensa. El mismo año en que abrieron el centro, firmaron un convenio con el Insalud (el antiguo Instituto Nacional de Salud) y empezaron a recibir 600 pesetas por cama.

Desde entonces, el Centro Oncológico de Galicia -en1986 se constituyó en fundación y dejó de llamarse Centro Oncológico Regional; y en 1994, inició el concierto "singular" con el Sergas, que en el 2008 se convirtió en consorcio- ha atendido más de 60.000 historias clínicas de pacientes de las áreas sanitarias de A Coruña, Ferrol y el norte de Lugo. Según los datos del Sergas, en las instalaciones del antiguo Hospital Labaca se llevan a cabo, cada año, alrededor de 2.200 tratamientos de radioterapia externa, que generan unas 850 estancias básicas y 420 consultas, además de otros 200 de braquiterapia.

En lo que se refiere al departamento de Medicina Nuclear, la actividad anual refleja alrededor de 6.400 diagnósticos, y 300 tratamientos, a los que hay que añadir más de un millar de estudios de biología molecular.