Aunque todo el mundo se ha cruzado en más de una ocasión por la calle con personas que hablan con voz esofágica o utilizan una laringe electrónica tras haber sido intervenidas quirúrgicamente, todavía hay quien no asocia estas circunstancias con el cáncer de cabeza y cuellocáncer de cabeza y cuello, y eso a pesar de ser el sexto tipo de tumor más frecuente en el mundo, con unos 680.000 nuevos diagnósticos cada año. España se sitúa a la cabeza de Europa en incidencia de esa enfermedad, cuya aparición está estrechamente vinculada con el consumo de tabaco y alcohol, y más aún con la combinación de estos dos hábitos tóxicos. A una semana de la conmemoración del Día nacional de esa dolencia -el próximo domingo 10-, la Junta Provincial de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en A Coruña aprovecha para incidir en la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz pues, tal y como advierten desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), seis de cada diez nuevos casos de esta dolencia se detectan en fases avanzadas.

"El tabaquismo y el consumo de alcohol son los principales factores de riesgo del cáncer de cabeza y cuello, de ahí la importancia de modificar los hábitos de vida para prevenir la aparición de esta enfermedad", explica María Ramallo, logopeda de la Junta Provincial de la AECC en A Coruña. Los especialistas médicos -otorrinolaringólogos, cirujanos maxilofaciales y oncólogos, fundamentalmente- del área sanitaria coruñesa atienden, cada año, a unos 250 pacientes con esa patología, cuya "denominación genérica" engloba los tumores de las glándulas salivales, labio, cavidad oral (lengua, paladar, suelo de la boca, mucosa de las mejillas, encías...), laringe, faringe, cavidad nasal y senos paranasales.

"En contra de lo que la mayoría de la gente cree, los tumores cerebrales no se incluyen en esta tipología de cáncer", matiza María Ramallo, quien incide en la importancia de reconocer los síntomas de la enfermedad es fundamental para mejorar la efectividad de los tratamientos y aumentar las posibilidades de supervivencia de los afectados. Entre los posibles signos de alarma, la logopeda de la Junta Provincial de la AECC en A Coruña señala la aparición de tumoraciones en el cuello o molestias al tragar, tos continuada, cambios en la voz, afonía o ronquera, úlceras o aftas en la boca y hemorragia persistente en una de las fosas nasales. "Cuando uno o varios de estos síntomas se prologan durante más de 15 días, debe consultarse con un médico", remarca.

Junto con el tabaquismo y el consumo de alcohol, otros factores de riesgo para desarrollar cáncer de cabeza y cuello son la malnutrición y "la falta de higiene bucal", advierten los especialistas de la SEOM, que aseguran que ese tipo de tumores son más frecuentes en hombres que superan los 60 años y que, insisten, abusan de los cigarrillos. "Desde hace unos años, sin embargo, se observa un aumento de la incidencia en mujeres asociado, también, a los hábitos de fumar y beber", recalcan.

LA SEOM ha detectado, además, un incremento de los cánceres de cabeza y cuello -orofaríngeos, principalmente- vinculados al virus del papiloma humano (VPH), por el aumento de la práctica del sexo oral. Los afectados, en estos casos, suelen ser pacientes más jóvenes. Los tumores originados por esta causa, no obstante, suelen tener mejor pronóstico, pues "responden más eficazmente a los tratamientos".

Si el tamaño del tumor es importante o si se reproduce después del tratamiento con radioterapia o quimioterapia, probablemente requerirá de una intervención quirúrgica llamada laringectomía. Como consecuencia de la operación, el paciente pasa a respirar por una abertura situada en el cuello llamada estoma. Además, deja de hablar y pierde parcial o totalmente el olfato y el gusto.

Ante esta situación, la Junta Provincial de la AECC en A Coruña ofrece, de manera pionera desde el 2000, el programa Volver a hablar en el que logopedas, psicólogos y trabajadores sociales trabajan de manera coordinada para mejorar la calidad de vida de los enfermos y sus familias, y ayudarles a recuperar el habla después de la intervención, mediante el aprendizaje de la voz esofágica, traqueoesofágica (prótesis fonatoria) o voz electrónica (laringófono) o mejorarla en los casos de laringectomías parciales. "Nuestro objetivo es que el paciente pueda hablar de nuevo a través de diferentes métodos. Además les apoyamos en la adaptación al nuevo esquema respiratorio", apunta María Ramallo, quien destaca, como otro de los puntales de ese programa, el voluntariado testimonial. "Contamos con un equipo de voluntarios formado por pacientes laringectomizados, cuya labor consiste en hablar con los pacientes que están en pleno proceso rehabilitador para hacerles ver que ellos también han pasado por lo mismo y que, sin embargo, han conseguido volver a hablar y llevar una vida normalizada", indica la logopeda de la Junta coruñesa de la AECC, y subraya: "Para los enfermos y sus familias el contacto con estos voluntarios es siempre muy positivo, y supone un aliciente importante en su recuperación", destaca.