Cuando el Parlamento de Galicia apruebe la reforma de la Lei de Ordenación Farmacéutica, los mayores de 70 años podrán seguir al frente de sus oficinas de farmacia. La futura norma elimina "la caducidad de las autorizaciones administrativas por cumplimiento de la edad de 70 años de las personas titulares de las oficinas".

De este modo, al llegar a esta edad, no habrá que ceder el testigo y se podrá continuar como titular. "Ya sucede así en la mayoría de las comunidades y era injusto que aquí hubiese este límite, un límite que por otra parte, sólo era para ser titular de la farmacia, pero no para ser adjunto. No tenía sentido", explican a este diario fuentes del sector farmacéutico.

A cambio de permitir que el titular de la botica continúe con el negocio, Sanidade le obligará "a contratar a uno o varios farmacéuticos adjuntos adicionales". Un reglamento posterior a la norma establecerá el número y las condiciones.

No es la única novedad de la reforma de una ley con 18 años de antigüedad. Con la nueva reforma, las farmacias podrán hacer ventas a domicilio. Eso sí, tendrán que dejar de vender productos que no sean estrictamente de farmacia, parafarmacia y sanitarios. Un concepto amplio que la Xunta pretende afinar con el sector durante el periodo de alegaciones del anteproyecto de ley, que ya se encuentra en exposición pública.

Los medicamentos no se podían dispensar, hasta ahora, fuera de las farmacias. Con la ley que planea aprobar la Xunta en el primer semestre del próximo año se abren dos nuevas opciones. Las farmacias podrán vender a domicilio a las personas que vivan en zonas rurales aisladas y a los dependientes con pérdida de autonomía personal o enfermos crónicos. Un servicio por el que las farmacias no podrán cobrar, pero que tampoco se garantiza a los potenciales usuarios en el texto del anteproyecto. Es decir, su existencia dependerá de si la botica lo considera necesario o rentable. La segunda opción que se abre para las farmacias es vender a través de internet medicamentos para los que no sea necesaria una receta y productos sanitarios. Ya es posible al amparo de una ley estatal.