La joven Susana Álvarez tiene un problema agudo de coagulación sanguínea. Ya desde el tercer mes de embarazo sabe que no podrá usar la anestesia epidural, en caso de solicitarla, para dar a luz a su hija. Y, sorprendentemente, las opciones de analgesia disponibles para su parto son diferentes en función de dónde dé a luz. En hospitales públicos de Ferrol y Santiago podría inhalar de modo analgésico, antes de cada gran contracción, óxido nitroso, el conocido como gas de la risa. En el resto de hospitales gallegos, tendrá que aguantar a pelo, sin ayuda farmacológica. En el Hospital de Vigo, donde ya disponen de las botellas de gas de la risa, el personal que atiende los partos está a la espera de formación para comenzar a usar este método, comprometida para abril o mayo de este año y que ya es común en centros hospitalarios de otras comunidades como Euskadi y Baleares.

Matronas gallegas reivindican que se prepare al personal para usar el gas de la risa en partos, ya que lo consideran una buena opción para aliviar el dolor, que no anula la movilidad de la parturienta. Médicos anestesistas consultados por este periódico coinciden: esa misma sustancia se usa en otras aplicaciones médicas, con una distinta composición, pero es una buena alternativa de anestesia obstétrica. Eso sí, quienes lo suministren requieren preparación previa.

El personal médico consultado avala el uso del gas de la risa, óxido nitroso o Kalinox -las tres denominaciones, coloquial, científica y comercial de la sustancia- como analgesia para partos en Galicia en los que las pacientes no pueden usar por problemas médicos o patologías de espalda la anestesia epidural. Tanto es así que en hospitales públicos de Ferrol -disponible desde 2007 y con personal formado que lo aplica desde 2011- y en Santiago esta técnica ya está aprobada y se usa. En Ferrol, actualmente un 10% de las mujeres que dar a luz -un centenar, aproximadamente- usan el gas de la risa. Así lo avalan los datos de los que dispone la presidenta de la Asociación Galega de Matronas (AGAM), Isabel Abel.

Pero no es así en otros centros, donde, no obstante, las botellas de gas de la risa ya se usan para otras aplicaciones médicas o donde el personal todavía no recibió la formación adecuada. La presidenta del colectivo de matronas gallegas precisa que "debería de ser una formación multidisciplinar. "Estaría indicada principalmente para aquellas mujeres que no pueden ponerse la epidural -que no son candidatas por algún problema de espalda o malformación, así como de coagulación- pero quieren algún tipo de analgesia; es una alternativa estupenda", valora la matrona gallega Marta Bernárdez. "Tienes que chupar de la pipa segundos antes de la contracción", asegura esta especialista de la comunidad.

El gas de la risa se administra a través de una mascarilla y es la propia paciente la que se la va poniendo y quitando. El efecto es muy rápido (empieza a los 30 segundos, más o menos) y desaparece también rápido cuando la mascarilla se retira. La idea es ir utilizándolo durante las contracciones y dejar de respirarlo en el espacio de tiempo entre ellas. La propuesta es que la mujer embarazada lo inhale a demanda cuando las contracciones empiecen a resultarle muy dolorosas.

Los riegos que entraña, así como los efectos secundarios son mínimos -pero existen- y, según personal médico consultado, este tipo de analgesia se usa en otras unidades hospitalarias. El óxido nitroso es de uso común en las urgencias pediátricas o para dormir a los pacientes antes de determinadas intervenciones quirúrgicas.

Según los expertos, es un gas fácil de usar; una sedación consciente que tiene el gran beneficio de que la mujer no pierde el control del pujo, por lo que no le impide colaborar en las fases importantes del parto. Además, logra que la parturienta esté pendiente de otra cosa que no sea sólo el dolor de la contracción.

La implantación de este nuevo recurso analgésico, cuyo efecto es moderado y no tiene nada que ver con la anestesia epidural, en ocasiones sí genera una reducción de la demanda de epidural. Así se constató hace sólo unas semanas en el hospital de Ibiza, tras un año de implantación del bautizado como gas de la risa. Y eso que la inhalación de este gas no implica obligatoriamente que la mujer no pueda después recurrir a la anestesia epidural.

Sin embargo, no está exento de polémica. Algunos hospitales como el de O Salnés (Pontevedra) decidieron no implantarlo, pero por petición del personal. El producto puede ser un riesgo sobre la fertilidad femenina, en lugares en los que no existe ventilación, como en paritorios antiguos. "Fue la única reticencia que hubo en algún hospital", según reconoce la presidenta de Asociación Galega de Matronas, Isabel Abel.

En lo que respecta al óxido nitroso, "científicamente su uso es regular y hace muchos años que lo aplicamos en quirófano para dormir a los pacientes en anestesias generales, mezclado con otros fármacos", aseguró un doctor de un hospital gallego que prefiere mantener su nombre en el anonimato. "Sería una ayuda analgésica en casos en los que, o bien la epidural no esté aconsejada, o cuando llega demasiado tarde -muy cerca del parto- y está desaconsejado usarla", coincide otra médica que trabaja en la comunidad gallega.

Si existe algún posible riesgo para las futuras madres que recibirían esta sustancia durante el parto sería una apnea respiratoria, por lo que el persona que lo use debe tener formación para saber cómo actuar en ese tipo de casos. "Es un rescate que no es caro, un recurso del que ya disponemos en el hospital y que ya se está usando; solo faltaría la formación de las matronas", aseguraron en un centro de Vigo, donde se prevé el uso de este fármaco.

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