Unos 300.000 alumnos españoles realizarán a partir de esta semana las pruebas de selectividad -arrancan mañana en algunas comunidades aunque en Galicia se demoran hasta la próxima semana-, cuyas características serán similares al examen del año pasado, según detalló el Ministerio de Educación en enero.

La prueba solo será obligatoria para los alumnos que quieran estudiar un grado universitario, que se examinarán exclusivamente de las asignaturas de 2º curso de Bachillerato cumpliendo una serie de objetivos de aprendizaje establecidos, y cuyas calificaciones se calcularán ponderando un 40% la nota de la prueba, que se supera con un 4 sobre 10, y un 60% la de la etapa educativa.

Se introducen algunas novedades, como que los estudiantes podrán subir nota examinándose de una segunda lengua extranjera además de la que les sea obligatoria, una prueba voluntaria que la universidad podrá tener en cuenta en sus procesos de admisión.

También se podrá mejorar la nota examinándose de al menos dos materias optativas de segundo curso o presentándose a sucesivas convocatorias de la prueba, en cuyo caso, la nota que se tendrá en cuenta será la más alta que se obtenga.