"¿Qué pasa con la educación?", se pregunta Rial Boubeta, para incidir, otra vez, en la necesidad de abordar una prevención "integral". La razón: los datos de los estudios desarrollados por el departamento de Psicología del Consumidor y Usuario de la USC muestran cómo quienes sufren acoso o acosan se mueven "en círculos" donde están presentes problemas con el consumo de sustancias psicoactivas (alcohol, cannabis y otras) y de abuso de internet. Explica que los acosadores presentan tasas de consumo de riesgo de drogas tres veces mayores que los no implicados en casos de acoso. Pero además entre las víctimas estas tasas de riesgo también son elevadas (duplican las de los no implicados), lo que a su juicio "quiere decir que algo hay que cambiar en la prevención", dado que también presentan un perfil de riesgo y tienen un alto grado de exposición en internet y redes sociales. Lo mismo, añade, puede afirmarse de diferentes prácticas de riesgo online, como el sexting, la visita a páginas eróticas, el contacto con desconocidos o la práctica de apuestas a través de la Red.