El Papa advirtió el pasado fin de semana de que una fe que se reduce a fórmulas es "miope", al tiempo que previene a los católicos frente a las actitudes que buscan conquistar "los sondeos y el chismorreo de la gente". "Él no acepta ni siquiera que sus discípulos respondan a sus preguntas con fórmulas ya elaboradas, citando personajes famosos de la Sagrada Escritura, porque una fe que se reduce a las fórmulas es una fe miope", señaló el Pontífice en referencia al modo de evangelizar que tenía Jesús.

El Papa hizo estas consideraciones durante el Ángelus ante cientos de fieles en la plaza de San Pedro del Vaticano. Así, enfatizó que, para ser discípulos de Jesús, es necesario renunciar a uno mismo, o sea, "renunciar a las pretensiones del orgullo propio, egoísta, y tomar la propia cruz". En este sentido, señaló que el crucifijo es una señal del amor de Dios y no un adorno de decoración. "Llevadlo a vuestras casas. No es un adorno, sino un objeto para contemplar y rezar", señaló tras regalar crucifijos a los allí asistentes.