Un nuevo estudio sobre el uso de internet entre los jóvenes, en esta ocasión encargado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, subraya que dos de cada diez jóvenes admiten haber accedido a páginas web con contenido duro y peligroso donde se exponen mensajes de odio, experiencias sobre el consumo de drogas, maneras de hacer daño a otras personas, formas de autolesionarse o suicidarse o cómo estar extremadamente delgado. Los datos confirman la preocupación sobre el uso que los jóvenes hacen de las nuevas tecnologías y la dependencia de éstas en su vida cotidiana pero los expertos piden ir más allá de las cifras y abordar de una vez por todas el origen del problema y poner soluciones sobre la mesa. "Si el 20% de los chavales acuden a estas páginas lo que tenemos que preguntarnos es por qué lo hacen y si lo hacen es porque no son capaces de gestionar lo que les preocupa de otra manera, porque hay una distancia abismal entre padres e hijos, entre los educadores y los estudiantes", subraya Antonio Rial Boubeta, doctor en Psicología Social de la Universidad de Santiago de Compostela y experto en adicciones entre adolescentes. "No es una cuestión de competencias digitales sino de competencias humanas, nos estamos olvidando de que educar es formar a personas", insiste el investigador, que trabaja desde hace diez años en este campo y que insiste en que "el problema no está en las redes ni en las nuevas tecnologías que lo que proporcionan es un soporte, un canal que potencia o facilita una serie de conductas".

Antonio Rial Boubeta subraya esto al respecto de otra de las conclusiones del estudio de la FAD realizado a 1.400 jóvenes de entre 14 y 24 años y que, subraya, coincide con los datos que su equipo maneja "desde hace tiempo".

Se trata del hecho de que el 34% de los jóvenes afirma que ha sufrido maltrato en internet y las redes sociales (exclusión, insultos, amenazas, bromas desagradables, acoso...) y también que el 9,2% admite haber estado en el lado contrario, es decir, que han acosado o ejercicio maltrato a través de las nuevas tecnologías. De hecho, entre aquellos que han sufrido alguna vez maltrato hay un 19,5% que lo ha ejercicio a su vez, diez puntos por encima de la media general, lo que indica que existe el doble de probabilidades de ser maltratador si se ha sufrido maltrato.

A juicio de Rial Boubeta, es un síntoma más de que existe un problema de fondo. "Uno de cada diez chavales reconoce que ha acosado, humillado y maltratado en internet pero si lo hacen es porque lo hacen también fuera. Los niveles de acoso offline están en torno al 25%", apunta.

Lo mismo ocurre con las relaciones sexuales y el aumento de jóvenes que utilizan las redes sociales como instrumento para acercarse al sexo, a edades cada vez más tempranas "porque en este país nadie se preocupa de proporcionar una buena educación afectivosexual y para gestionar esas inquietudes lo que hacen es utilizar de forma casi exclusiva esos canales, lo que tiene su lado oculto y sus consecuencias negativas", añade el experto.

Los jóvenes admiten una dependencia del móvil (el 84% tiene uno inteligente y el 55,4% lo mira constantemente, incluso en clase o trabajando) pero el problema de raíz está en los adultos que, sostiene Rial Boubeta, tienen una "dependencia mayor" de las tecnologías y, por lo tanto, no so n conscientes del ejemplo que dan a sus hijos cuando usan WhatsApp mientras comen o al dormir con el teléfono en la mesilla de noche.