La dirección de Povisa, el mayor hospital privado de España, pero que atiende a 137.000 pacientes de la sanidad pública de Vigo y su área de influencia, ha entrado en preconcurso de acreedores por las pérdidas millonarias que viene arrastrando desde 2014 por la merma de ingresos procedentes del Sergas. La empresa esgrime que Sanidade ha reinterpretado a su favor varias de las cláusulas del concierto firmado hasta 2022, lo que ha dejado un agujero de 42 millones que Povisa ha contenido hasta ahora echando mano de su fondo de reserva, ya agotado. La decisión abre un periodo de incertidumbre para sus más de 1.400 trabajadores y esos 137.000 pacientes aunque confía en alcanzar un acuerdo con el Sergas. Ambas partes volverán a sentarse el próximo lunes.

El preconcurso permite un máximo de tres meses a la empresa para resolver sus diferencias con su principal cliente o, de lo contrario, entrará en concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos). La dirección del hospital vigués comunicó ayer a sus trabajadores que una vez agotado ese fondo de reserva no ha tenido más remedio que postergar pagos como el del IRPF del mes de septiembre, por lo que el preconcurso de acreedores se convierte en su mejor opción. "Es la mejor forma de proteger los intereses de todas las partes y, muy especialmente, de sus trabajadores y pacientes", asevera y añade que "podría dar opción a que, en un corto espacio de tiempo se encuentre por parte del Sergas una solución".

El problema radica en las diferentes interpretaciones que ambas partes hacen de cuatro puntos del convenio: el pago de los medicamentos que se dispensan a pacientes no ingresados; quién debe hacerse cargo del coste de los servicios que Povisa no tiene en su cartera pero que precisan sus usuarios; los criterios para poder solicitar el cambio desde el Chuvi al hospital concertado y la reducción del envío de casos del Sergas a las unidades de referencia del centro.

En total, la empresa cifra las pérdidas atribuibles al concierto con el Sergas en 42 millones de euros, aunque con la actividad privada y la no distribución de dividendos en 25 años, los números rojos reales del hospital se reducen a 15,2 millones desde 2017 (5,5 millones en 2015, 4,3 en 2016 y 5,4 en 2017, a lo que hay que sumar el agravamiento de esta misma tendencia en los meses transcurridos de 2018). Detalla que, un informe de expertos independientes que encargó este año descarta falta de eficiencia en la actividad del centro concertado.

Los responsables de Povisa relatan que trasladaron la "criticidad" de la situación a la Consellería de Sanidade en numerosas ocasiones, pero su reacción no ha sido "suficientemente ágil". A finales del año pasado ya le comunicó que el fondo se agotaría en 2018 y le urgió a buscar una solución al "fortísimo desequilibrio, que ni siquiera la actividad privada del hospital puede compensar". En enero comunicó personalmente la situación al conselleiro, Jesús Vázquez Almuíña, urgiéndole medidas. Paralelamente, cuenta que puso en marcha un "plan estratégico" para reducir el gasto sin deterioro en la atención a pacientes.

Desde la Consellería de Sanidade no cierran las puertas al diálogo para encontrar "soluciones" que garanticen la "tranquilidad de los ciudadanos y la calidad asistencial recibida". Sin embargo, rechazan cualquier responsabilidad en la situación financiera que atraviesa Povisa. "Se están cumpliendo todos los términos del concierto asumidos por ambas partes y las obligaciones económicas", garantiza.

El departamento de Vázquez Almuíña, destaca que una de las dos medidas que le urge Povisa ha sido "resuelta en sede judicial", que ha "confirmado el criterio" del Sergas. Se trata del conflicto por quién asume el coste de servicios que necesitan pacientes asignados al centro concertado, pero que éste no puede prestarles por no tenerlos en su cartera, por lo que realizan terceros (la mayoría en el Chuvi). Sanidade considera que Povisa es responsable de estos costes y el pago a terceros por ellos se debe detraer de los 540 euros que el centro concertado recibe al año por cada paciente. La justicia le dio la razón.