Las cifras oficiales establecen que cerca de 50.000 gallegos padecen alguna enfermedad mental como trastorno bipolar, de la personalidad o esquizofrenia, pero, según los expertos, el número de pacientes que sufren trastornos psiquiátricos severos y crónicos "es mucho mayor". Una realidad que contrasta con el estigma social e institucional que, casi tres décadas después de la integración de los servicios de salud mental en los hospitales generales, sigue pesando sobre estos pacientes.

"La esquizofrenia, el trastorno bipolar o el trastorno obsesivo-compulsivo son patologías que suponen un giro de 180 grados en la vida de las personas que las padecen y en la de sus allegados, pero que se pueden tratar y que, con voluntad y constancia, pueden dar lugar a la recuperación de una vida estable por parte del paciente. Y si son tantas las personas afectadas y es posible su recuperación, ¿a qué se debe la falta de recursos en la atención a este colectivo?", se preguntan desde la Federación de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Feafes)Federación de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Feafes de Galicia, entidad sin ánimo de lucro creada en 1995 y que, en la actualidad, agrupa a 14 asociaciones repartidas por toda la comunidad gallega.

Con motivo del Día Internacional de la Salud Mental, que se conmemora el miércoles, Feafes Galicia alza una vez más la voz para reivindicar una "mejor y mayor atención a este colectivo". En esta ocasión, el tema elegido a nivel mundial es juventud y salud mental, haciendo especial hincapié en la prevención, el abordaje temprano de los problemas de salud mental y la sensibilización acerca de esta realidad. Y es que el 75% de las enfermedades mentales se desarrollan antes de los 25 años. Uno de cada dos jóvenes sufrirá algún trastorno mental antes de llegar a la edad adulta. Se estima que una quinta parte de los adolescentes menores de 18 años padece algún problema de desarrollo emocional o de conducta, y que uno de cada ocho tiene en la actualidad un trastorno mental. Si además de estos datos de la Sociedad Española de Psiquiatría se tiene en cuenta que, en el caso de patologías como la esquizofrenia, el tiempo transcurrido entre la aparición de los primeros síntomas y el contacto terapéutico es determinante para la progresión del paciente, la prevención en el ámbito de la salud mental debería ser una prioridad de los sistemas de salud.

"La adolescencia es un período delicado lleno de cambios, inseguridades, presiones y desajustes entre las aspiraciones y la realidad. Por eso, los jóvenes son particularmente sensibles a los problemas relacionados con la salud mental, por lo que es fundamental cuidar ciertos aspectos y educar en la salud en todos los ámbitos", destaca el presidente de Feafes Galicia, José Ramón Girón, quien subraya que "entre el 10 y el 20%" de los niños y adolescentes tienen problemas de salud mental. "La mitad de las enfermedades mentales presentan síntomas antes de los 14 años, y tres cuartos de ellas comienzan antes de los 25. En este contexto, el sector educativo juega un papel fundamental, enfrentándose al reto de crear un ambiente educativo donde los jóvenes se sientan cómodos, respetados e integrados", remarca.

Girón insiste en que para prevenir los trastornos mentales en edades tempranas, "es importante involucrar a las familias y a las instituciones educativas en la etapa de prevención, desarrollando técnicas de detección temprana, intervención precoz y un clima relacional positivo y saludable en el contexto educativo, familiar y social". "Para eso, es preciso invertir recursos humanos y financieros, además de fomentar vínculos intersectoriales que permitan trabajar conjuntamente a los diferentes sectores y actores implicados. Por eso aprovechamos la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental para reivindicar la urgente necesidad de que la salud mental de los jóvenes esté en la agenda política, con el fin de revertir la advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que indica que los trastornos mentales serán la primera causa de discapacidad en el año 2030", subraya.

El presidente de Feafes Galicia recuerda que, bajo la premisa de que las enfermedades mentales eran un problema esencialmente sanitario, durante mucho tiempo no se afrontó su atención de una manera integral, y se olvidaron muchos aspectos de la vida de las personas "que van más allá de los hospitales". "Queremos hacer ver que la recuperación de la enfermedad mental pasa por el abordaje integral de la situación de las personas que la padecen, teniendo en cuenta todos sus condicionantes y los de su entorno", señala. Reclama, por ello, a las administraciones la "dotación de apoyos y soportes que permiten hacer frente a la realidad plena" de estos enfermos y sus familias.

El papel de la familia

Girón recuerda que, en España, ocho de cada diez personas con enfermedad mental viven con sus familias. Una situación que, en muchas ocasiones, "genera una importante carga" en el hogar, pues la atención de un paciente psiquiátrico "trae asociada toda una serie de alteraciones en la vida del cuidador", casi siempre, la madre del paciente. "La enfermedad mental es una de las discapacidades con mayor impacto sobre las familias que son, por otro lado, la única red de seguridad que tienen la mayoría de los afectados, ya que este tipo de dolencias suelen aparecer en la adolescencia, por lo que todo su programa vital, de repente, desaparece", destaca el presidente de Feafes Galicia. Por eso, desde la organización demandan apoyos específicos para el entorno más próximo, como programas de ayuda mutua o intervención familiar. "Las familias y los amigos son un elemento clave en la recuperación de estos pacientes", reivindican.