"La Iglesia reconoce abiertamente los abusos de diversa índole y tiene la firme intención de erradicarlos". Con estas palabras asumió ayer el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) la responsabilidad de la Iglesia española en el ocultamiento, durante décadas, de los abusos sexuales a menores por parte de miembros del clero. Un discurso mucho más contundente que el planteado días atrás por el secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo, que si bien reconoció el "silencio cómplice" de la Iglesia, extendió la responsabilidad sobre el encubrimiento de los abusos sexuales al conjunto de la sociedad.

Las palabras de Blázquez tienen un mayor simbolismo al haber sido pronunciadas en el discurso inaugural de la CXII Asamblea Plenaria de los obispos, que se celebró ayer en Madrid. "No se deben encubrir los abusos ni darles una respuesta equivocada", añadió Blázquez, quien subrayó que "los pecados, que en ocasiones son también delitos, deben ser reconocidos humildemente ante Dios y sin pretextos ante los hombres".

El presidente de la Conferencia Episcopal se refirió también a las víctimas de abusos sexuales, a las que agradeció su "valentía al denunciarlos", porque estos actos "hieren a la Iglesia y causan daño a otras personas", y el hecho de denunciarlos "ayudan a la Iglesia a tomar conciencia de cuando ha ocurrido y de la necesidad de reaccionar con decisión".

No obstante, Blázquez subraya que "no es legítimo abrigar sospechas sin fundamento" y agradece la dedicación "paciente" de tantos cristianos, ministros, consagrados y laicos. "Por la vida no podemos caminar con mirada altanera, pero tampoco con mirada vergonzante", afirmó en este sentido.

En su intervención, Blázquez asumió las conclusiones del Sínodo de la Iglesia sobre los Jóvenes, la Fe y el discernimiento vocacional en relación a los abusos, y reconoció además "la honda conmoción y el compresible escándalo que han suscitado". Así, el presidente de la CEE se refirió a las palabras de este documento que lamentan que "los diversos tipos de abuso realizados por algunos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos provocan en quienes son víctimas, entre los cuales muchos jóvenes, sufrimientos que pueden durar toda la vida y a los que ningún arrepentimiento puede poner remedio". "Tal fenómeno está difundido en la sociedad, toca también a la Iglesia y representa un serio obstáculo a su misión", señaló Blázquez para recordar después que el Sínodo de la Iglesia ha trasladado ya su "firme compromiso" a la hora de adoptar "rigurosas" medidas de prevención a partir de la selección y de la formación de aquellos a los que serán confiados tareas de responsabilidad y educativas.

El documento del Sínodo señala, asimismo, que la Iglesia debe ser santa para invitar a los jóvenes a serlo, y avisa de que muchos de ellos la han dejado porque no han encontrado allí santidad, sino "mediocridad, presunción, división y corrupción".

Los obispos españoles pedirán hoy perdón por los abusos sexuales cometidos contra menores por parte de miembros de la Iglesia católica, en el marco de la II Jornada de Oración por las Víctimas de Abusos. Se trata de una reunión instituida el año pasado por la Conferencia Episcopal Española (CEE), y que coincide con la celebración del Día Universal del Niño.