Movistar + estrena hoy los nuevos capítulos de la serie Vergüenza, en donde los protagonistas -el ferrolano Javier Gutiérez y Malena Alterio- se enfrentarán al reto de la paternidad. "La segunda temporada es más extrema, más arriesgada y más provocativa", señaló ayer el actor.

Tras el éxito de su primera temporada, los "metepatas" Jesús y Nuria vivirán nuevas situaciones embarazosas que además, según Alterio, produjeron "vergüenza real" durante los rodajes. "La vergüenza estaba también en el equipo, había gente que literalmente no nos miraba a los ojos", asegura.

La actriz, que se define como "tímida", reconoce que para ella la serie funciona como una terapia de choque, en las que someten a pacientes a situaciones de "pánico", y espera que el público sienta también la "catarsis" que se produce al ver a los personajes pasarlo mal.

Creada y dirigida por Álvaro Fernández-Armero y Juan Cavestany y producida por Apache Films, la segunda temporada contará con nuevos escenarios y personajes, como Guillermo y Andrea (Jaime Zarataín y Marta Nieto) -una pareja de padres sofisticados y modernos- y Ramón y Vanessa (Pol López y Teresa Cuesta), otra pareja de carácter más "gañán".

"Queremos seguir haciendo gracia, pero a la vez contar algo", destacó Cavestany, que asegura que la nueva temporada es también "más narrativa y compacta", ya que contará con seis episodios, a diferencia de la primera, de diez.

Además, habrá un capítulo especial de Navidad, que se estrenará el 24 de diciembre y que "no será una continuación de la segunda temporada", sino algo que se ubica en la "elipsis" que se produce entre la primera y la segunda.

Con su carácter arriesgado y su dosis de humor negro, la serie de Movistar+ se convirtió el año pasado en una de las más vistas de la plataforma y obtuvo cuatro galardones en los Premios Feroz 2018, un éxito que Cavestany asume con humildad. "Álvaro y yo nos pusimos a trabajar con la sensación de que no teníamos nada garantizado porque cada semana aparecen series interesantes que le dan la vuelta a todo", afirma el director.

Para él, la serie funciona porque los personajes sufren un tipo de problemas "que no son los habituales en las comedias" y que tienen que ver "con lo cotidiano y con los miedos y frustraciones de cada uno", lo que produce cierta "empatía" en el espectador.

En cuanto al guion de esta ficción, Cavestany afirma que hay una parte "autobiográfica", de observación del entorno y las relaciones personales pero también una dosis de "fantasía perversa", de dramatizar y recrear situaciones en las que la gente toma decisiones equivocadas.