La cristiana Asia Bibi ha sido declarada libre por el Tribunal Supremo de Pakistán, que desestimó una apelación contra la absolución del delito de blasfemia por el que estuvo ocho años en el corredor de la muerte. La supuesta blasfemia fue una respuesta que le dió a un vecino, que la acusó de contaminar el agua de un pozo por beber en la misma taza de la que bebían los musulmanes. "Creo en mi religión (...) ¿Qué hizo su profeta Mahoma para salvar a la humanidad?", le dijo la joven.