Las altas temperaturas y la ausencia de precipitaciones han marcado el parte meteorológico de los últimos días de febrero en buena parte del país. Un inusual adelanto de la primavera que se siente también en la comunidad y sus viñedos: algunos ya en esa fase, la del lloro, que precede a la brotación y marca el inicio de una nueva cosecha. En efecto, cuenta la técnico y responsable de avisos fitosanitarios de la Estación Fitopatolóxica de O Areeiro, Rosa Otero, cómo en las subzonas de O Condado y O Rosal pero también en otras de maduración más tardía como la de O Salnés, la savia ya ha empezado a remontar a través de los sarmientos.

Un lloro ligeramente prematuro con respecto a otras añadas que, valora Otero, no es de extrañar teniendo en cuenta las temperaturas, ya no primaverales, sino veraniegas de estos días y es que han llegado a alcanzarse los 26, 27 grados. "Era previsible considerando que además apenas ha llovido en febrero"."Esto ya ha pasado en otras añadas", explica en la misma línea la técnico, que cree que, en cualquier caso, el pleno de la brotación llegará más o menos en las fechas de siempre: "El ciclo se va ajustando". "El problema que puede haber es que venga un frío porque esos brotes que ya hay, evidentemente, se van a quedar retraidos". Aún así y en principio, son todavía pocos.

Desde Evega, por su parte, confirman el adelanto del lloro en O Ribeiro solo para algunas variedades de uva, un fenómeno que achacan al calor y que, auguran, de volver a temperaturas normales para las fechas tal y como apuntan las previsiones, no será preocupante. En la D.O más antiguas de Galicia, la situación difiere entre unas bodegas y otras, mientras algunas hablan de adelanto, otras explican que el ciclo de la vid sigue tiempos normales y apuntan a lo que pase en próximas semanas como factor clave.

La savia, aliada en la poda

Con respecto a los viticultores que se encuentran actualmente en proceso de poda, Otero comenta que no hay ningún inconveniente con hacerlo en fase de lloro. "De hecho, hay quien lo prefiere porque, con el inicio de esta fase, la savia que ya se está moviendo forma una especie de barrera de protección para los patógenos que puedan entrar en las viñas", argumenta en este sentido.

Advierte, eso sí, sobre las precipitaciones que previsiblemente se alargarán a lo largo de la semana que viene e insiste en que se evite podar con lluvia o niebla densa, "sobre todo por las enfermedades de madera, que están cada vez más extendidas". En el caso de que se quieran reutilizar estos restos para otros fines, la experta aconseja guardarlos a cubierto y lejos de las cepas, por ejemplo, en un alpendre o galpón, "de lo contrario, la lluvia y el viento pueden contribuir a la contaminación de las viñas".