Hace poco más de cinco décadas el ejército de Franco construyó un cementerio con más de 5.000 tumbas en una ladera remota cerca de Burgos. Nadie se enterró allí jamás. Sin embargo, este cementerio es hoy uno de los camposantos más famosos del mundo. Los aficionados del spaghetti western reconocerán el muro de piedra circular del cementerio y las hileras de cruces de madera y lápidas que lo rodean como la localización del duelo épico entre tres pistoleros -Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach- en la película clásica de Sergio Leone El bueno, el feo y el malo.

El ejército de Franco construyó el cementerio en julio de 1966, siguiendo las instrucciones de Leone para la tercera película de su trilogía del dólar, que contaba con un presupuesto de 1,2 millones de dólares. El camposanto falso estaba dedicado a los caídos de la guerra civil de Estados Unidos.

Medio siglo después, en 2015, cuatro aficionados españoles empezaron a excavar en el mismo lugar donde los soldados habían construido el cementerio de Sad Hill (la Colina Triste). Y reunieron voluntarios de varios países para recuperar el camposanto y las historias que alimentan su leyenda.

Las películas pueden transportar a los espectadores a otros lugares y épocas. E incluso nos permiten entrar con nuestras emociones e intelecto dentro de sus localizaciones y tramas.

Pero para los cuatro aficionados de Burgos, El bueno, el feo y el malo no es sólo una película sobre tres cazarrecompensas en busca de 200.000 dólares en oro. También cuenta la historia de España como una localización de cine internacional, y las historias olvidadas de las familias y vecinos que participaron en el rodaje de la película de Leone.

España hoy sigue siendo un destino popular para el rodaje de películas y series de televisión internacionales. Dentro de unas pocas horas en coche o avión, los directores pueden escoger entre paisajes variados como el desierto, las montañas nevadas, bosques frondosos e islas con clima tropical.

La combinación entre estos paisajes, la mano de obra barata y los incentivos fiscales atraen a series de mucho éxito como Juego de Tronos, y películas como la precuela de Star Wars, Han Solo: Una historia de Star Wars.

España también fue la localización de rodaje para muchas películas legendarias como Doctor Zhivago y Lawrence de Arabia de David Lean; Campanadas a medianoche, de Orson Welles; Cleopatra de Joseph L. Mankiewicz; o El imperio del sol e Indiana Jones y la última cruzada de Steven Spielberg, entre otras -al menos 180 películas internacionales desde 1916 según la Spain Film Comission-.

La primera superproducción estadounidense rodada en España, Orgullo y pasión de Stanley Kramer, recaló en Galicia en 1956. Kamer rodó algunas escenas en la compostelana plaza del Obradoiro, en la que aparece Cary Grant -uno de los protagonistas de la película junto a Frank Sinatra y Sofía Loren- en su papel de oficial inglés que combatía a las tropas napoleónicas en la guerra de independencia española. Anecdóticamente, en las escenas de Orgullo y pasión rodadas en Ávila aparece entre los extras un joven Adolfo Suárez de 23 años. En Galicia se rodó también La muerte y la doncella de Roman Polanski en 1994 (las localizaciones de la película estaban en Valdoviño, cerca de Ferrol).

Hoy, las localizaciones de cine como el cementerio Sad Hill se están convirtiendo en destinos cuasi religiosos para los aficionados más devotos de todo el mundo. A veces viajan miles de kilómetros para visitar lugares poco accesibles con la ilusión de ver de cerca y en persona los sitios que más les inspiran en el cine.

Este es el caso del documentalista vigués Guillermo de Oliveira. Como buen cinéfilo, ha visitado muchas localizaciones famosas, incluyendo la presa suiza donde se rodó el salto bungee al comienzo de GoldenEye: el regreso del agente 007, y las localizaciones abandonadas de Star Wars en Túnez, donde se crió Luke Skywalker.

Así que cuando un amigo le contó a Oliveira que un grupo de aficionados se estaban reuniendo en Burgos para excavar y reconstruir el cementerio de Sad Hill, el vigués reconoció esa pasión de cinéfilo y compró una cámara y un dron para documentar la historia.

"Esta noticia me voló la cabeza", afirmó en una entrevista con La Opinión. "No sólo existía una localización que yo daba por perdida hace 50 años, sino que además había un grupo de personas que querían resucitarla".

Oliveira finalmente estrenó su documental Desenterrando Sad Hill en 2017, y obtuvo la nominación para mejor documental en los premios Goya de este año.

El documental enseña cómo Sergio Leone se aprovechó de los paisajes de España para recrear una historia muy americana de cowboys itinerantes en una historia más amplia que recoge los sueños y realidades de diferentes personas y culturas.

Desenterrando Sad Hill también explica cómo Leone comparaba el paisaje de España con Estados Unidos. Burgos le recordaba a Virginia. Y Almería -otra localización de la película- le recordaba el clima de Arizona y Nuevo Méjico.

En frente de la cámara, los aficionados pueden apreciar cómo El bueno, el feo y el malo recuerda los paisajes y las culturas de España, Méjico e Italia. Desde el poncho y chaleco de Clint Eastwood hasta la canción del duelo The Ecstasy of Gold (El éxtasis del oro) donde se escucha una guitarra española y una trompeta de mariachi, y el diseño circular del cementerio que se parece a una plaza de toros o un coliseo romano.

Estas intersecciones cinematográficas entre el Mediterráneo y las Américas también tienen un origen histórico. Y se pueden apreciar en las raíces españolas y mejicanas de la cultura vaquera en Estados Unidos.

"El hecho de que tantas palabras asociadas con el vocabulario del oeste del típico cowboy Americano entran en el inglés directamente del español parecería sañalar cómo los españoles y mejicanos en muchos sentidos ya estaban allí "cuando los colonos de habla inglesa comenzaron a llegar al suroeste y oeste, casi todo de lo cual era territorio español hasta 1821, y territorio mejicano hasta 1848", señala el profesor de la Universidad de Nueva York James D. Fernández.

Fernández explica que el lenguaje puede revelar una historia más profunda que a veces es difícil de recuperar a través de la arqueología. Y dio ejemplos de palabras españolas y mejicanas que fueron adoptadas por los cowboys estadunidenses generaciones más tarde -así, "buckaroo" proviene de la palabra española "vaquero"; "hoosegow" es "juzgado"; "calaboose" es "calabozo"; "mustang" es "mesteño"; "lazo" es "lazo"; y "lariat" es "la reata"-.

Para Oliveira, la historia de Sad Hill va más allá de los spaghetti westerns y Hollywood. Dentro de la historia de Sergio Leone y la manera en que recrea el viejo oeste en un drama mediterráneo también hay otras historias con acentos diferentes -incluso la gallega- que están comprimidas en el cine y ofrecen un retrato mayor de la humanidad.

"Originalmente pensé que les acompañaría un par de fines de semana", señala el documentalista gallego, haciendo referencia a los aficionados que estaban desenterrando Sad Hill. "La idea era tan loca y hermosa. Pero cuando más personas comenzaron a llegar, sentí que dentro de esa historia había otro tipo de historia, una idea poética".

Y de este modo, el cementerio Sad Hill -con su muro de piedra circular y las tumbas circundantes- pueden ser reimaginadas como un antiguo teatro romano donde las dramas verdaderas de todos los aficionados están representadas en una pantalla de cine.

La versión original de este artículo fue publicada por NBC News en inglés.