José Antonio Marina reivindicó la necesidad de rehumanizar la práctica sanitaria y habló sobre los peligros de la inteligencia artificial mal controlada en el III Congreso de la Organización Española de Hospitales, celebrado en Valencia.

¿Vamos a dejar las decisiones como los diagnósticos y el tratamiento en manos de las máquinas?

Creo que es el gran debate y no solo en el campo médico. Quién va a estar en condiciones de tomar decisiones en un mundo muy complejo en el que son los sistemas de inteligencia artificial y Big data los que tienen más conocimiento. Para no quedar supeditados a una especie de mantenedores de la máquina, debemos formar un nuevo tipo de inteligencia, que es en la que estamos trabajando en el proyecto Centauro. Nos obliga a reformular la educación básica y la profesional. El médico va a tener que trabajar con un sistema muy informatizado que va a ampliar sus posibilidades, y para poder aprovecharlo hay que formar a la gente de una manera determinada. Así, posiblemente en el diagnóstico sí tomen las decisiones, y quien dice en el diagnóstico también en el tratamiento porque van a tener más conocimiento.

¿Llegarán a cuidarnos humanoides como se está desarrollando en Japón?

En España hay cerca de un 35% de personas con más de 85 años que viven solas. Eso es un problema. No estamos sabiendo resolverlo. Habrá sistemas de apoyo que tendrán que ser por alguno de estos procedimientos. En Japón ya tienen el robot para el abuelo, pero si hubiera un nivel demasiado alto de robotización de cuidados sería un fracaso social. Tenemos que estar alerta porque en todos los niveles la tecnología está provocando un enfriamiento de las relaciones humanas. Tenemos ya estudios serios que dicen que la capacidad de empatizar con las personas en el trato directo disminuye a tenor de las horas que pasas comunicándote en pantalla. La tecnología puede deshumanizarnos por vía indirecta.

¿El Big data es el nuevo gran hermano ?

Sí. En el sentido más general de cómo se puede controlar la opinión de la gente es el más peligroso y es lo que están haciendo las grandes operadoras de datos, que en Occidente son Google, Facebook, Apple y Amazon. Además son un poco visionarias, son negocios gigantescos pero con la idea de que pueden cambiar el mundo, lo que es peligroso. Y son muy potentes, nunca se había unido con tanta rapidez una capacidad económica fabulosa con una capacidad de inteligencia tan concentrada. Y el consorcio chino va a su aire y no tiene trabas. En China, si quieres clonar, clonas. Porque China está dispuesta no solo a ser un gigante económico sino cultural.

Hablando de ética y práctica sanitaria, parece obligado hablar de eutanasia y aborto. ¿Estamos preparados ya para tener una ley de eutanasia?

Yo creo que sí, considerar la asistencia a una muerte digna. Prolongar una vida solo por el hecho de vivir tres meses más en unas condiciones absolutamente insoportables para esa persona y su entorno no conduce a nada. Me parece que una de las maneras de humanizar toda nuestra cultura, que se está deshumanizando mucho, es implantar una cultura del cuidado. Cuidado es la actitud que debemos tener hacia todo lo valioso, implica respeto, atención, protección... ¡Claro que la vida es valiosa! Y por eso vamos a cuidarla, pero eso no significa alargarla como sea.

¿Y qué pasa con el aborto

El problema del aborto es más complicado. La semana siguiente voy a publicar un artículo en la sección que tengo en El Confidencial que no me va a crear más que problemas. Se va a titular: El aborto o por qué me siento el más tonto del pueblo. Yo hace 15 años pensé casi como obligación escribir una cosa sobre el aborto, primero para aclararme yo. Al final era un asunto tan sumamente complicado que lo dejé aparcado porque no tenía nada muy tajante que decir. Ahora que veo que todo el mundo tiene las ideas tan claras, unos a favor y otros en contra por motivos políticos, por religión, por zascandileo, por el derecho de la mujer... ¿Todo el mundo lo tiene tan claro? Pues yo no, y creo que es una situación de un rigor intelectual. Vamos a seguir con el debate abierto porque es un tema muy delicado. Los grandes educadores de los clásicos griegos eran las tragedias en las que derechos legítimos pueden entrar en conflicto. Por tanto, el gran problema ético no se da cuando el bien se opone al mal sino cuando un bien se opone a otro bien. Ahí estoy en una ponderación que me resulta difícil. Yo echo en falta en estos debates el sentido de la ponderación. Hay cosas que no son ni blancas ni negras. No hay que pensar que hemos encontrado una solución ideal y darlo por zanjado.

¿Tenemos que reabrir el debate sobre el aborto?

Sí, pero no en precampaña. Las cosas que se hacen en precampaña son fulleras y no valen para nada. Mi consejo es que no te creas nunca nada de lo que se dice en precampaña. Yo me creí que habría un pacto educativo... De dogmatismo en dogmatismo voy a avanzar poco, conviene que se aplaquen las cosas y es absurdo sacar de una manera preelectoral y muy artificial un tema que estaba en calma y por eso se podía haber seguido trabajando más en sordina.

¿Qué opinión le merece la irrupción de Vox en el panorama político?

Era esperable porque no es un movimiento aislado, se está dando en muchos países, y además con movimientos bastantes relacionados. Son una especie de amalgama. Como están hechos de materiales tan sumamente distintos, puede pasar que una persona vote a Vox porque sean los que defienden las procesiones de Semana Santa, la caza, por los toros, porque son patriotas, antieuropeos, porque van en contra de la violencia del feminismo... Son gente tan dispar que mientras son movimientos de protesta son muy potentes pero si no tienen alguna responsabilidad de gobierno les pasa como a Podemos, se deshilachan.