La Xunta puso en marcha un nuevo protocolo para luchar contra el absentismo escolar en el curso 2014-2015, según el que se considera un caso grave cuando las ausencias injustificadas de un alumno equivalen al 10% el horario lectivo mensual, es decir, dos jornadas completas.

Cuando los profesores detectan uno de estos casos al pasar lista en sus clases deben comunicarlo a la dirección del centro, desde donde se llamará a los padres para pedir explicaciones de porqué su hijo no acudió a clasen en ese periodo.

En la mayoría de los casos, los expedientes se cierran tras informar a las familias ya que se finalizan las ausencias sin justificar. Si no ocurre así, hay que comunicar el caso a la Inspección Educativa o bien se deriva el caso a la Xunta, quienes si detectan desamparo, falta de recursos o problemas de drogas, pueden trasladar el expediente a la Fiscalía de Menores. De hecho los padres se enfrentan a la posibilidad incluso de ser juzgados. Hace solo tres años, la Fiscalía denunció a un matrimonio porque su hijo de 12 años acumuló más de 320 días de ausencia a clase sin justificar.