Donald Trump acaba de encontrar un nuevo argumento para su potenciar el ultranacionalismo estadounidense: la Luna. El presidente norteamericano ha pedido al Congreso que apruebe una "actualización" del presupuesto federal para destinar 1.600 millones de dólares extra para que la NASA pueda seguir adelante con el programa Artemisa, cuya misión es volver a pisar nuestro satélite en 2024. En esta ocasión, el objetivo es que sea una mujer quien dé ese "pequeño paso para el hombre pero gran paso para la humanidad", como dijo Neil Armstrong en el primer paseo lunar. Pronto hará 50 años. Fue el 20 de julio de 1969.

El programa espacial se llama Artemisa por algo. Tal es el nombre de la diosa griega hermana melliza de Apolo, que así se llamaron las misiones con las que la NASA logró que el hombre alunizase por vez primera. El último hombre en despegar de nuestro satélite de regreso a la Tierra, después de tres días de trabajo lunar, fue Gene Cerman en 1972. Se despidieron bajo la trompetería musical de Así habló Zaratustra, el poema sinfónico de Strauss que suena en la película 2001, una odisea del espacio.

Trump anunció en Twitter, su boletín oficial preferido, sus planes para volver a poner a los norteamericanos a mirar hacia la "nueva frontera" lunar, como ya hiciera el presidente Kennedy. "Bajo mi administración, estamos restaurando la grandeza de la NASA y vamos a regresar a la Luna, luego a Marte. ¡Estoy actualizando mi presupuesto para incluir 1.600 millones de dólares adiciones para que regresemos al Espacio de una Gran Manera!", tuiteó Trump con muchas mayúsculas.

El administrador de la NASA, Jim Bridenstine, también se mostró entusiasmado con la inyección económica que anunció el presidente de los Estados Unidos de América. "Este programa va a permitir a una nueva generación de chicas jóvenes, como mi hija (de 11 años), que se vean reflejadas de tal manera que no lo harían de otra forma", declaró sobre el plan para que una mujer pise la Luna por primera vez. Bridenstine recordó que en la década de los sesenta las jóvenes no podían tener como referencia a ninguna mujer astronauta.

Hasta aquí las celebraciones de Trump. Ahora las dudas. Que son muchas, tal y como ayer reflejaban algunos medios estadounidenses. En primer lugar, fuentes tan solventes como la Associated Press indicaron que los 1.600 millones necesarios para vitaminar el viaje a la Luna saldrán de los subsidios federales a los estudiantes con bajos ingresos para ingresar en la universidad. Un cambio presupuestario que no va a gustar a los Demócratas.

Pero no sólo eso. Hay expertos en astronáutica a los que no les salen las cuentas para llegar a tiempo a 2024 pues la cápsula para la tripulación aún está en pruebas, tampoco está probado el cohete en el que viajarán, ni existe la estación espacial que pretenden hacer orbitar en torno a la Luna. Ni siquiera los trajes específicos previstos en la misión.

Tampoco el dinero anunciado ayer por el presidente Trump va a dar para mucho. De hecho, el administrador de la NASA calificó la aportación como "pago inicial" y subraya que en los próximos años van a necesitar mucho más dinero. Los cálculos de los expertos reflejan que la NASA necesitará entre 4.000 y 5.000 millones de dólares a lo largo de los próximos cinco años para conseguir que, efectivamente, una mujer pueda llegar a pisar la Luna. Las estimaciones de la administración Trump hablan de sólo 8.000 millones en el próximo lustro.

Las cuentas no cuadran. Falta mucho dinero y también la tecnología para hacer realidad la misión Artemisa. Pero es que tampoco la opinión pública parece muy sensibilizada con este nuevo salto de los Estados Unidos a la Luna. Una encuesta del Pew Research Center del año pasado reflejaba que sólo el 13% de los estadounidenses consideraba importante que su país fuera líder en la exploración espacial. El 63% opinaba que la verdadera misión de la NASA debería de ser luchar contra el cambio climático.

Pese a todo, Trump y los suyos están encantados con el nuevo reto espacial que se han fijado y que aprovecharán para airear en las elecciones presidenciales de 2020, buscando otra vez eso de "hacer América grande de nuevo". El vicepresidente Mike Pence dijo en la presentación de la misión, en la primavera pasada, que las reglas del espacio serán escritas "por aquellos que tiene el coraje de llegar primero y el coraje de permanecer". Épico es. Otra cosas es que algún día pueda ser verdad. Como casi todo en Trump.